miércoles, 30 de abril de 2014

Y… SIGUE LA FIESTA


Bueno, pues como parece que no hay dos sin tres, como reza el dicho popular, volvemos a estar de fiesta por aquí por tercera vez consecutiva en muy poco espacio de tiempo y con apenas haber vuelto la hoja del calendario tan solo.

Y es que, este domingo próximo, además de ser día festivo por naturaleza, los palentinos nos volveremos a colocar “el traje” de romero moderno y, si el tiempo atmosférico no lo impide de una manera contundente, y como viene siendo habitual, acudiremos en gran número hasta las inmediaciones del cerro del Cristo del Otero en el barrio capitalino del mismo nombre, a una cita anual con gran poder de convocatoria, y que cara al exterior, goza de la denominación de Fiesta de Interés Turístico Regional.

Lugar representativo éste para nosotros, los palentinos, donde, en las laderas del propio cerro, a los pies mismos de la estatua más emblemática de la ciudad, en torno a la ermita de Santo Toribio como recogen las crónicas, para agradecer a este santo que interviniese con motivo de unas graves inundaciones en la ciudad (se dice que provocadas por unas lluvias torrenciales acaecidas por el apedreamiento que éste sufriera cuando predicaba contra una herejía muy extendida en aquel entonces, en torno al año 530 de nuestra era), asistiremos ahora, para agradecer un año más tal intervención, a la popular “pedrea” del pan y el quesillo por parte de las autoridades de la ciudad sobre las miles de personas que allí se congregarán, como marca la tradición.

Una fiesta que la ciudad espera cada año con renovado interés.  No en vano son miles los palentinos y visitantes que se desplazan durante esta jornada hasta los entornos de este popular barrio capitalino del Cristo, para estar presentes y participar en esta tradicional Romería.
 
Porque aparte de este hecho central y original de la “pedrea”, donde no todos los allí congregados obtienen la recompensa de hacerse con al menos una de las miles de bolsas, conteniendo un trozo de pan y otro de queso, que son arrojadas desde la balconada de la ermita del Santo, sino sólo aquellos más osados que se arriesgan de alguna manera entre el tumulto de gente; la fiesta en sí se extiende también en otros frentes a lo largo de todo el día.
 
Destacando los muchos puestos de venta ambulante de diferentes productos; entre los que no faltan las almendras, ni las avellanas, ni tampoco los dulces…Y al lado mismo, los carruseles infantiles, llenos siempre de diversión.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 30/04/2014)
 

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