miércoles, 29 de julio de 2020

Me escribe un amigo

Una bendición el agua, una vez más; apreciémoslo en cada una de sus utilidades...









Es verano, tiempo de vacaciones; de visitar otros lugares aprovechando la bondad de los días y la extensión de las horas de luz; de chapuzones en el mar y posterior relax en la arena de la playa, gozando de esos momentos de tranquilidad, bajo la sombrilla protectora, con la lectura del último libro recién adquirido, con la puesta al día de la actualidad informativa consultando las últimas noticias que el móvil nos acerca, o de trastear entre los mensajes de whatsapp últimamente recibidos.
 

Y estando en esto último, toparse con uno un tanto inquietante tras leer la primera de sus líneas: “s.o.s. por el huerto”.
 

Y es que resulta que, al tomar unos días de vacaciones, le dije a un amigo que me echase un vistazo al huerto; que puesto que, con gran trabajo y a toda prisa como consecuencia del período de tiempo encerrados por la pandemia, había conseguido reflotarlo y convertirlo en un verdadero vergel, que es una delicia verlo cómo se encuentra de esplendoroso; que aprovechando que regaba el suyo, lo hiciese también con el mío cuando lo encontrase razonable.
 

Y resulta que ahora me encuentro con este mensaje que, tras abrirlo, y leer despacio cada una de sus palabras, me hace reafirmarme más en la inquietud del primer momento.  Porque dice mi amigo que han pasado unos cuantos días sin disponer de agua para el riego de las diferentes hortalizas, tan bien nacidas y tan vigorosas ellas, esperando sólo el agua que las reconforte y las haga seguir creciendo y madurando.  Y que lo ha pasado mal, pensando en que todo el trabajo allí vertido se iba a ir al garete sin remisión, si en cuestión de un día o dos más no volvía el agua a fluir por los surcos.  Y me he puesto triste, sin poder hacer nada desde la distancia.
 

Pero a primera hora del día siguiente, y tras repiquetear con insistencia el timbre del móvil, recibo nuevo mensaje de mi amigo que me anuncia todo feliz que ya se solucionó el tema del agua en los respectivos huertos, que tras las últimas lluvias, el pozo volvió a llenarse, y que el líquido elemento ya vuelve a correr por los surcos. 
 
Una bendición el agua, una vez más. Apreciémoslo en cada una de sus utilidades.
 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 29/07/2020)
 
 

 

 

 

 

miércoles, 22 de julio de 2020

Hay otra ciudad


atendiendo en esencia a un consejo médico de salud, pero también a una necesidad vital de la propia persona...











Hay otra ciudad que, aunque no trabaja y no labora quizás de manera directa en las fábricas, en los talleres o en las oficinas –porque ya lo hicieron en su día-, también madruga cada día y sale a la calle a vivir el nuevo día y a caminar en plan deporte apenas despunta el alba, topándose la mayoría de los días con bellos amaneceres.
 

Y te puedes cruzar con esos habitantes de la urbe cuando tú acudes a tu centro de trabajo, y sabes que son ellos, porque se les distingue con facilidad.
 

Aparecen vestidos de manera informal, con ropa cómoda y deportiva; preferentemente chándal o pantalón corto –dependiendo de la época del año-, camiseta a juego con letras impresas referenciando mil y un mensajes diferentes y zapatillas de deporte en todos los casos.
 

A los pocos minutos de cruzarte con ellos, se les puede ver abandonando la ciudad y transitando en dirección a las afueras de la misma donde, por diferentes caminos se van alejando cada vez más de todo lo urbano, tratando de encontrar en lo periurbano o rural lo que durante tanto tiempo de ejercer como urbanitas por obligación, no les fue permitido.
 

Elementos tales como aire puro, bellas vistas de la urbe y sus edificios desde posiciones de auténtico privilegio que no dudan en inmortalizar en unas cuantas instantáneas con la ayuda de su teléfono móvil, naturaleza viva al pie del camino, despreocupación por el paso inmediato de los minutos y seguimiento a rajatabla del último consejo médico en cuanto a caminar un tiempo cada día.
 

Es esa otra ciudad que, a pesar de no tener que levantarse de madrugada por obligación para ir a trabajar, se levantan también apenas despunta el alba y, tras tomarse un ligero café con leche que les reconforta, se enfundan en sus cómodas prendas de ropa, se calzan sus deportivos y salen de muy buen grado a caminar por la ciudad y sus alrededores, en pequeños grupos o en solitario.
 

Regresando al cabo de unas horas, después de haber recorrido unos cuantos kilómetros, y antes de que el sol del estío castigue con fuerza a la mañana; atendiendo en esencia a un consejo médico de salud, pero también a una necesidad vital de la propia persona.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 22/07/2020)
 
 
 

 

 

 

miércoles, 15 de julio de 2020

Veraneo en el pueblo


las mejores vacaciones, las más saludables y seguras van a tener lugar en alguno de los pueblos de nuestra provincia...








Este verano, cuanto más se va acercando la fecha del período vacacional elegido por cada cual, más claro se va teniendo por parte de muchos que, en esta ocasión, lo de “pegarse” esos espectaculares viajes alrededor del mundo, incluyendo la visita a algún país exótico de moda, está perdiendo adeptos.
 

Y ello, porque está claro que, habida cuenta de la situación sanitaria por la que atravesamos, unida a la crisis económica que aquella ha producido, el que más y el que menos está dando ya por hecho que las mejores vacaciones, las más saludables y seguras van a tener lugar, sin duda, en alguno de los pueblos de nuestra provincia.
 

Sí, en esa España vacía o vaciada –según quién lo pronuncie o a quién se le achaque el resultado-, que este verano va a recuperar muchos enteros recibiendo a decenas de veraneantes, oriundos del lugar o extraños al mismo, pero que la eligen como mejor opción para sus vacaciones.
 

Así que, como dice ese refrán tantas veces escuchado, que “no hay mal que por bien no venga”; debido a este motivo del coronavirus nuestros pueblos se van a ver más visitados que nunca durante este verano, porque van a recibir a más veraneantes que nunca y van a estar más activos que nunca. 

Y, ojalá también, se convierta este año en el punto de inflexión en esa racha negativa de quedarse sin habitantes; y poco a poco podamos ir abandonando ese lenguaje de la España vacía o vaciada; porque lo que se produzca a partir de aquí sea todo lo contrario de lo sucedido hasta ahora.  Viendo, entonces, que este famoso refrán tiende a cumplirse una vez más.
 

Pero claro, el tema no solamente está en que llegue gente a los pueblos en verano, sino en proporcionarles actividades culturales que les haga más grata su estancia.  Y más este año, en el que debido a esta crisis del coronavirus, se han suspendido de facto todas las fiestas patronales de estas localidades.
 

De ahí que cobre mayor realce aún el programa cultural para todo tipo de público que ha preparado nuestra Diputación Provincial en estos núcleos de población para esta época estival.  Y donde no faltarán los cuentacuentos, el teatro, la danza y la música, entre otras actividades.
 

 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 15/07/2020)
 
 

 

 






miércoles, 8 de julio de 2020

Verano cultural palentino



con una presencia de artistas palentinos en muchos de los espectáculos, lo que les proporcionará un añadido de mayor valor...











Es bien sabido que este año, como consecuencia de la difícil situación sanitaria por la que estamos pasando a causa de la pandemia ocasionada por el maldito coronavirus, los movimientos de personas desde nuestro país al exterior y desde otros países al nuestro, durante estos meses de verano, van a verse mermados de una manera considerable.
 

Y, por lo mismo, también los palentinos nos moveremos mucho menos que otros años allende nuestras fronteras durante este julio y el próximo agosto; haciéndolo, según todas las previsiones, en viajes dentro de nuestro propio país.  Y desde luego, con un éxodo masivo hacia los pueblos, tratando de huir de esta forma de las grandes concentraciones de gente de los lugares de costa, pensando en evitar el contagio fácil de la enfermedad.
 

Pues bien, nuestro ayuntamiento capitalino, quizás pensando en que habrá mucha más gente que no abandonará la ciudad durante estos dos meses o lo hará de una manera puramente testimonial comparándolo con la huida masiva de otros años, ha reforzado  de una manera amplia el tradicional “Verano Cultural” palentino, con el que cada año busca dinamizar culturalmente las tardes del estío de la capital.  Con el añadido, además, de que este año no habrá celebraciones festivas en torno a San Antolín, por el mismo motivo de evitar el contagio de la enfermedad con las grandes aglomeraciones de gente.
 

Así, puede decirse que habrá muy pocos días durante julio y agosto en los que no se lleve a cabo algún acto cultural de este programa de verano.  Y que los habrá para todos los gustos; para grandes y chicos; para los amantes de la música, la danza y el teatro; para los que prefieren los espectáculos circenses y de acrobacia; para los que buscan pasar un rato divertido y despreocupado; para los que demandan el sosiego y la tranquilidad en el marco de un parque con encanto, aprovechando el último rayo de sol que se oculta tras algún árbol; para los que ansían reencontrarse de nuevo con el teatro de calle en algunas de las plazas de la ciudad. 
 

Y algo muy a destacar, con una presencia de artistas palentinos en muchos de los espectáculos, lo que les proporcionará un añadido de mayor valor.
 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 08/07/2020)
 

 

 

 

miércoles, 1 de julio de 2020

Caminos urbanos


regresar a la ciudad, aunque el ambiente urbano seguirá oliendo a naturaleza por algún tiempo más...








Últimamente, cuando voy recorriendo la ciudad y llego ya a algún barrio más o menos exterior y un tanto alejado del centro, y me encuentro con un camino lateral que parte desde el borde mismo de la calzada, siento que tengo la necesidad de tomarlo, explorarlo y seguir caminando por él pisando su superficie de tierra, observar con extraordinario interés todo lo que su recorrido me va deparando, dejándome llevar conscientemente y viendo adónde me conduce, aunque en mi cabeza tenga definida ya una predeterminada ubicación orientativa del lugar donde me encuentro.

Sintiendo en todo momento la necesidad insistente de adentrarme por el susodicho camino y sus diferentes vericuetos, observando con interés las posibles construcciones que en sus márgenes se ubican, la diferente vegetación que le va rodeando en el recorrido, e incluso la perspectiva de la ciudad dejada detrás cuando el camino toma una curva y me permite esa visión.

Pero sobre todo, ver y sentir cómo la naturaleza ejerce su acción y crece libre y a su aire a mis pies, pudiendo incluso hasta tocarla en cada una de sus manifestaciones herbáceas.  Admirando a un tiempo la gran variedad de estas hierbas, así como de plantas de distintos tamaños y colores de especies diferentes que crecen a lo largo de ambos márgenes del camino.  Una vegetación, en suma, que me va señalando la estación del año en la que me encuentro cuando paso a su vera y me detengo a contemplarla.

Y en el ambiente, puedo en todo momento escuchar los cantos armoniosos y variados de decenas de pájaros que van volando delante de mí o se entretienen saltando de rama en rama cuando me acerco a algún espacio arbolado.

Es un viaje de placer, es un observar y sentir la vida libre de la naturaleza, que sigue su particular dictado y sus reglas de nacencia en cada tramo del camino. 

Y, a la par, sentir cómo mi pensamiento se evade y se va relajando por momentos.  Mientras en el tiempo, y tras haber recorrido un considerable trayecto, se va acercando poco a poco la hora de tener que desandar el camino para regresar a la ciudad, aunque el ambiente urbano seguirá oliendo a naturaleza por algún tiempo más.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 01/07/2020)