miércoles, 27 de noviembre de 2019

Decíamos ayer

El caso es que el tiempo no se detiene, y en una u otra faceta de la vida, los manuales de estilo y la propia experiencia nos hablan de exprimir los momentos...









Parafraseando aquella famosa expresión, “decíamos ayer…”, del insigne escritor y filósofo Miguel de Unamuno –aunque parece ser que ya con anterioridad la hubo pronunciado Fray Luis de León-, decir que, caminando por donde caminamos, casi casi estamos ya en el final de este año 2019, cuando hace apenas unos meses -”decíamos ayer”-, nos felicitábamos el nuevo año y nos le deseábamos pleno de dichas y venturas; y ahora está ya a punto de finalizar en cuanto nos descuidemos y revolvamos cualquier esquina.
 

Pero, en esencia, no le demos todavía por finiquitado, porque aún le quedan, y nos quedan, fechas memorables por disfrutar; como son las que acogen las celebraciones navideñas, con toda su carga de emotividad y reencuentro familiar.
 

Y también, más cercanos todavía, estos próximos días de primeros de diciembre que marcan en el calendario todo un “puente” festivo que no pocos tendrán la dicha de disfrutar; a pesar de que, a buen seguro, sus días transcurrirán también mediatizados por las incógnitas que la vida política del país nos pueda ir proporcionando como consecuencia de las últimas conversaciones y pactos para la formación efectiva, o no, del próximo gobierno que regirá nuestro futuro destino.
 

Y será ese puente festivo, una especie de ensayo previo de lo que bien pueden ser los varios días de asueto y vacación para muchos –estudiantes incluidos-, que marcarán el desarrollo de los últimos días de diciembre y del año. 
 

Envueltos, eso sí, con abundante papel de celofán, por aquello de los muchos regalos que nos cruzaremos entre unos y otros en tan señaladas fechas.
 

Claro que, si hacemos caso a los japoneses, estos puentes festivos –ellos les llaman algo así como puentes eternos-, sirven a la larga para aumentar luego la productividad en los trabajadores. No sé si aquí, a nivel de nuestro país, habrá algún estudio realizado al efecto; sería interesante conocer sus resultados, obviamente.
 

El caso es que el tiempo no se detiene, y en una u otra faceta de la vida donde quiera que nos encontremos, los manuales de estilo y la propia experiencia nos hablan de exprimir los momentos de aquella con la mejor de las intenciones. 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 27/11/2019)
 
 

   

 

 

miércoles, 20 de noviembre de 2019

“Mi pueblo es el mejor”


Y que qué duda cabe que este Certamen del decano de la prensa palentina, puede hacernos reflexionar...








                                                                                              Valdespina (Foto Ganadora)

Visto así el título, no es en estricta puridad que mi pueblo haya sido el ganador de este Certamen que cada año convoca “Diario Palentino”, para que las distintas localidades de nuestra provincia aporten su fotografía más representativa del verano, y que acaba de fallarse estos pasados días, resultando ganadora la localidad de Valdespina.


No, no era eso lo que quería resaltar en este artículo de hoy –que también-, sino el hecho de observar que resulta gratificante el comprobar cómo la hazaña de ponerse las gentes de un determinado pueblo delante del objetivo de una cámara fotográfica para perpetuar el momento de una instantánea que luego se presenta a este concurso, sirve de nexo de unión entre sus habitantes.
 

Y lo primero que apetece decir a continuación, es que sea por muchos años. Y que todos lo veamos…
 

Claro, une ve cualquiera de estas fotografías realizadas para la ocasión, donde en la mayoría de ellas, se muestra un grupo bastante considerable o numeroso de gente de la localidad dispuesta de la manera que le venga mejor a la acción o a la representación que se quiere mostrar, y en lo primero que repara y percibe a golpe pronto es que todavía queda gente en la llamada España rural o España “vaciada” –nuestra provincia incluida-, que ahora se dice.
 

Pero no, todo es una falsa ilusión o una realidad falsa; porque aunque la fotografía muestre un instante real de la vida del pueblo en una fecha concreta, la instantánea está tomada durante los meses de verano, justo cuando nuestros pueblos se llenan de gentes oriundas de la localidad, tanto los propios del lugar como sus familiares directos e indirectos, que hacen que casi cualquiera de nuestros municipios repartidos por todos los extremos de la provincia se encuentren a rebosar de población.  Pero que una vez finalizado el verano, vuelven a quedarse bajo mínimos en cuanto a población y bajo mínimos también en cuanto a servicios básicos.  Es el gran problema de nuestros núcleos rurales, que se pone en evidencia en el argumentario de este movimiento de la “España vaciada” que por ahí encamina sus acciones.
 

Y que qué duda cabe que este Certamen del decano de la prensa palentina, puede hacernos reflexionar en esa misma dirección.
 
 
(Publicada en el Periódico "Diario Palentino" el 20/11/2019)

 

 

 

 



jueves, 14 de noviembre de 2019

Otoño muy cultural


un muy variado abanico de posibilidades de muy diversa índole, las que se nos ofrecen culturalmente hablando este otoño...







Ahora que el otoño avanza ya de manera imparable, imponiéndose por momentos en nuestro día a día con todos los elementos que le son propios –e incluso con algunos robados a su inmediato sucesor-, es cuando más parecieran prodigarse en nuestro entorno los actos culturales de todo tipo.
 

Quizás tratando de llenar de alguna manera ese mayor número de horas que, de otro modo, nos veríamos abocados a pasarlas en el interior de nuestras casas al cobijo de los fríos, las lluvias y las inclemencias del tiempo en general, y del menor número de horas de luz existentes.


Siendo así que se produce una muy abultada programación de actos culturales de diversa índole en estas fechas que, generalizando, irían desde las semanas culturales y musicales que se van repitiendo cada año, a las muestras de teatro, pasando por las exposiciones y festivales: como los de jazz, guitarra, cine o teatro.
 

A los que se unirían con peso propio las tertulias literarias, las presentaciones de libros o las conferencias sobre los más variados temas; las muestras y exposiciones varias: pintura, escultura, fotografía, arte; conciertos de música de diversos estilos; conferencias; jornadas; ferias; excursiones; viajes organizados; marchas; campeonatos; concursos: literarios, fotográficos…etc., etc.
 

E incluso, de otro lado, actos o jornadas culturales aprovechando la propia estación otoñal como dadora de productos culinarios y gastronómicos en exclusiva: sería el caso de los actos que se programan en torno a las setas o a las castañas, por ejemplo.
 

Y entroncando en muchas ocasiones todo lo anterior con los propios actos prenavideños o navideños en sí, que son el complemento ideal para ir preparando el ambiente a la Navidad. 
 

A lo que se uniría, como no podía ser de otra forma, las habituales visitas a los museos capitalinos con exposiciones reforzadas, y otros más de otras localidades de la provincia que así lo tienen establecido. 
 

Como se puede apreciar, un muy variado abanico de posibilidades de muy diversa índole, las que se nos ofrecen culturalmente hablando este otoño en el que nos encontramos inmersos en estas fechas.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 13/11/2019)

 

miércoles, 6 de noviembre de 2019

De tradiciones

Pero no ha de pasar demasiado tiempo para que de nuevo la tradición entre en juego y, en esta ocasión en otro ambiente totalmente diferente...







Qué duda cabe que, aquí entre nosotros, en nuestro país y, por ende, también en nuestra provincia, somos nosotros, los mortales, bastante cuidadores de las tradiciones que congregan a gran cantidad de público –casi casi multitudinarias en ocasiones, pero pacíficas, en buen plan-, y amantes en estricta observancia de lo que se celebra en el momento; alejadas, por tanto, de ese otro tipo de manifestaciones tan diferentes a las que estos últimos días hemos tenido que asistir pasmados y soportado muy a nuestro pesar entre el estupor y la rabia.
 

Porque -y haciendo un claro punto y aparte con lo anterior-, de honda tradición deben calificarse esas grandes concentraciones de gente en todos nuestros Camposantos el pasado primero de noviembre, con motivo de la festividad de Todos los Santos. Con movimientos de personas de acá para allá por diferentes lugares de nuestra geografía patria, incluso en los más recónditos, al reencuentro con sus deudos ya fallecidos en una demostración de recuerdo y cariño.
 

Es cierto que, a veces, en unos tiempos como estos, en algunos acontecimientos nos movemos un poco por algún interés sobrevenido un tanto espurio o adulterado; pero emocionaba –y mucho-, observar cómo durante todo el día estos lugares se iban mostrando por momentos desbordados de personas que, provistas de ramos de flores, centros, ramilletes o cualquier otro tipo de conjunto floral, acudían al reencuentro de sus seres queridos ya difuntos y se emocionaban.
 

Pero no ha de pasar demasiado tiempo para que de nuevo la tradición entre en juego y, en esta ocasión en otro ambiente totalmente diferente, vuelvan a llenarse nuestras calles y nuestros centros comerciales de un público enfervorecido y ávido de compras, a pocos días ya de encarar las grandes celebraciones navideñas; que este año y por una sola vez, pugnarán de nuevo por ser las mejores de nuestras vidas, como también manda la tradición.
 
Y allá que nos iremos, quién más quién menos, dispuestos a ser unos más de esas grandes masas de gente que corre de acá para allá en unas jornadas de verdadero vértigo, a la caza de la mejor oportunidad para adquirir el regalo de turno que salvaguarde la tradición en su estado más puro.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 06/11/2019)