La verdad, siempre

 

«Ahora que… vamos despacio -como aquel que dice- vamos a contar mentiras, tralará»…, como nos sugiere la vieja canción infantil, y que tantas y tantas veces hemos entonado en celebraciones festivas, excursiones de fin de curso y noches de juerga a discreción.

Pero como ya somos mayorcitos y tenemos una cierta edad transcrita en años, nos hemos moderado y asentado y vamos pregonando sólo verdades a diestra y siniestra.  Es un decir, claro.

No sé, pero a pesar de ello, parece que no son estos de ahora buenos tiempos para la verdad, expresada así en toda la amplitud de la palabra.

Y, si no, juzguen por ejemplo lo que se cuece cada día en el parlamento nacional de nuestro país, con las cámaras de televisión y los micrófonos de las radios en riguroso directo.

Donde todo lo que allí se debate parece ir dirigido más a tratar de desgastar políticamente al contrincante, que a tratar de solucionar los problemas de los ciudadanos, en un ambiente de marcada crispación.

Donde, de igual modo, para ir contra el adversario político, lo de adornar el discurso con la correspondiente tanda de mentiras o verdades a medias, parece estar a la orden del día. 

Y no será porque el mundo vaya despacio que, como dice la canción infantil de referencia, haga que se prodigue la afición de contar mentiras; antes al contrario, el mundo va muy, pero que muy de prisa y el hecho de llevarse a cabo este tipo de discursos en el parlamento obedece claro está a otros determinantes bien diferentes.  

Y es que, a esos niveles, estamos en un mundo de adultos hechos y derechos –y no de niños que usan la mentirijilla para que no les castiguen en exceso-, por lo que debiera primar y brillar la verdad por encima de todo; tratando sobre todo de rendir cuentas de su trabajo a quienes un día los eligieron para que les representasen en esas lides.

Hay una cita bíblica que sentencia aquello de que «la verdad os hará libres», que trasladándola a nuestro terreno más mundano, debiera ser también el faro que nos guiase, que midiera nuestras actuaciones en todos los ámbitos, porque sólo así seremos capaces de progresar unidos. 

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 25/06/2022)

Nuestros campos en flor

 

A las fechas que corren, mediados de mayo y con San Isidro –el Santo Patrón de los trabajadores del campo- recién pasado en olor de multitudes en nuestro agro palentino, están nuestros campos revestidos de un verdor que es una gozada observarlos en estos días.

Y así, sin ir más lejos, los habrán contemplado tanto los habitantes de nuestros pueblos que los tienen en todo momento a mano, como los naturales del lugar, pero ausentes, que han regresado a ellos en estos días justamente para estar presentes en esta celebración tan entrañable en el medio rural de nuestra provincia. 

Porque hasta estos campos aledaños al pueblo les habrá llevado la procesión con el Santo con la pretensión de bendecirlos y que estos lleguen a buen término en el momento final de la recogida de los productos llegado el verano.

Y es que estaríamos ahora a menos de dos meses vista de iniciarse los trabajos de recolección de la cosecha de cereal.  Tiempo propicio para poder observar cada día cómo prosperan los sembrados, impetrando incluso la correspondiente lluvia por estas fechas; y luego la oportuna cuota de calor junto a las precisas y necesarias sesiones de suaves vientos que aireen y oreen los sembrados –cual si fueran las olas del mar en plena Castilla- en tardes de agradables paseos por entre estos campos que, según el poeta, son “tierras de pan llevar”.

Unas tierras que, si bien antaño fueran sabiamente bautizadas con el calificativo de “granero de España”, el tiempo y las circunstancias de la producción que fueron llegando, hicieron que se desprendieran poco a poco del apelativo en cuestión para quedar convertidas sólo en productoras para un régimen mucho más local o a la sumo nacional y escasa repercusión en el panorama internacional; pues otros países, incluso, le fueron quitando el puesto; como ha sido Ucrania, país que tristemente ha saltado al panorama mundial por la contienda bélica que contra él ha emprendido Rusia.

Por lo que, a buen seguro, será preciso emprender algún tipo de acción en este sentido que nivele las circunstancias de la producción de esta clase de cereales, para que el mercado no se encuentre desabastecido. 

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 18/05/2022)

  

 

 

Paso a paso

 

Por lo que se va viendo últimamente y, en particular tras la llegada de la estación de las flores –quizá fruto también de su fuerza creadora en la naturaleza-, parece que después de dos-tres años de parón –según los casos- debido a la pandemia, bajo la cual todavía nos encontramos mal que nos pese, poco a poco, sin embargo, se va llegando a una más que razonable normalidad en cuanto a las diferentes actividades más o menos lúdicas, deportivas o festivas que se venían desarrollando en los distintos lugares de nuestra provincia, y ya casi con la misma literalidad a la que nos tenían acostumbradas las mismas en las ediciones anteriores a producirse la tantas veces nombrada epidemia del covid 19.

Poco a poco, como decía, vamos notando cómo la música que nos va llegando de estas diferentes actividades nos va sonando bien, extraordinariamente bien diría mejor, adecuada y representativa de las mismas; cumpliendo las expectativas en definitiva.

Así lo atestiguaría, sin ir más lejos, las recientemente celebradas romerías palentinas de Santo Toribio, también conocida como la del “pan y el quesillo” en el Barrio del Cristo y la de San Marcos en el Sotillo.  O la de San Telmo en la localidad de Frómista.  O la de San Marcos, también, en Torquemada.

O la tan popular Marcha de Aspanis en la capital, celebrada este sábado pasado con la consabida afluencia de andarines por tan noble causa.  O la muy numerosa fiesta palentina de la ITA en el parque Ribera Sur, que también llevaba suspendida por el mismo motivo y que tendrá lugar este viernes próximo.

Claro que, sin embargo, tampoco es para que echemos las campanas al vuelo celebrando la erradicación total y definitiva del virus, porque no es así; y ahí anda dando sus coletazos el susodicho con la amenaza de nuevas variantes.

Y es que, abundando en ello, aunque estemos hablando en positivo, como ha sido el hecho de que dejen de ser obligatorias las mascarillas incluso en lugares cerrados –con sus excepciones como es sabido-, la precaución y la observancia correcta de las normas sanitarias ya conocidas es una herramienta de vital importancia para la normalización de nuestras vidas. 

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 11/05/2022)

  

 

 

El mes de las flores

 

Tras las pasadas celebraciones religiosas de la Semana Santa, donde también hubo tiempo para los viajes de ida y vuelta a otros lugares de esparcimiento y descanso, preparando y ensayando en muchos casos la que conformará la gran estampida de las vacaciones de verano,  acabamos de asomarnos al mes de mayo, con la primavera en plena ebullición mostrándonos todos sus encantos.

Y, mecánicamente, al regresar días pasados a nuestro habitual ser y estar, encendimos la televisión para ponernos al día de las noticias y vimos sin ningún tipo de sorpresa que en la práctica nada había cambiado en el exterior durante estos días: seguía la cruel guerra entre Rusia y Ucrania, con recrudecimiento incluso de los combates y aumentando las escalofriantes cifras de pérdidas de vidas, con el mundo temblando por ello y por el incierto devenir de los acontecimientos; continuaban las abultadas subidas de los precios de los productos de la cesta de la compra, que ha hecho dispararse la inflación en el último mes hasta límites insospechados; volvían a retomarse los rifirrafes de variado signo entre nuestros políticos, y las promesas y los incumplimientos por doquier a renglón seguido se seguían erigiendo en los verdaderos protagonistas de la política.

Eso sí, en la parte positiva o de las buenas noticias, llegamos ya al momento tan esperado de dejar de lado las mascarillas que han estado a nuestro lado formando un aditamento más de nuestro día a día, quedando sólo de obligado uso en determinados y concretos momentos, lo que puede indicarnos que el virus le hemos aplacado y, en consecuencia, vencida en parte la maldita pandemia, al menos de momento, porque siempre habrá que estar ojo avizor a nuevos rebrotes, y ahí tenemos lo que está pasando estos últimos días en China.

Menos mal que, si nos invade la zozobra después de tantas noticias negativas, siempre tendremos a mano el regalarnos una pequeña escapada de unas horas al campo para distraer nuestro pensamiento, ahora que se encuentra en plena efervescencia primaveral y el aroma de cientos de sus flores nos puede proporcionar un paseo lleno de agradables sensaciones.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 04/05/2022)