Corredores de fondo

 

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De un tiempo a esta parte, se ha prodigado tanto por estos lares el deporte del atletismo – principalmente en su variante de carrera pedestre- entre la población pudiéramos decir que casi general, que no hay localidad de un cierto número de habitantes que no organice, una vez al año al menos, una prueba de atletismo en alguna de sus diferentes modalidades; coincidiendo principalmente con sus fiestas patronales, en memoria o recuerdo de alguna personalidad relevante del lugar o para conmemorar algún tipo de acontecimiento de fuerte arraigo en el municipio, entre otros motivos.

Modalidades estas que cada vez se diferencian más unas de otras y se pulen al máximo sus características, yendo en la práctica más común desde la típica carrera popular, al clásico maratón o medio maratón, la familiar milla, el no menos tradicional cross, el esforzado triatlón o el sufrido “trail” en un entorno natural de montaña, bosque o llanura. Una muy amplia diversidad de estilos, pues, que, por supuesto, requiere que los atletas entrenen a diario.

De ahí que está resultando cada vez más habitual que, de buena mañana o al atardecer, nuestros entornos periurbanos, bien sean parques, alamedas, sendas, caminos, riberas del río y del canal, altozanos de una elevación media o cualquier otro tipo de superficie llana o empinada, convertidos en auténticos circuitos improvisados, se vean frecuentados por decenas de corredores entrenándose a tope –sudando la camiseta que se diría-, con vistas a la participación en el próximo encuentro o convocatoria atlética de las enumeradas, en cualquiera de los municipios de nuestra provincia o provincias limítrofes.

Una práctica deportiva esta, que ha hecho que se desarrolle a la par una industria y un comercio de prendas deportivas para tal fin, que cada vez se vea más solicitado por los atletas.

Y unas carreras que llegaron para quedarse, mientras existan atletas que quieran participar en ellas y patrocinadores públicos y privados que contribuyan con su aportación tanto económica como de productos típicos de la tierra para los diferentes premios de las pruebas.

Y es que el deporte es salud.

 

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 29/09/2021)

 

Aquí el Golobar

 

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Estábamos tan acostumbrados a ver durante los últimos años esta construcción del alto del Golobar, en Brañosera, de esta guisa durante los últimos años: en estado de abandono total por su no uso para lo que en su día se proyectó y con sólo en pie su estructura principal o esqueleto arquitectónico, que ahora cuando ha saltado la noticia de que la Diputación Provincial tiene un proyecto para su recuperación y adecuación como instalación turística, acogiéndose a los fondos de la Unión Europea dentro del plan de sostenibilidad turística de Castilla y León, no podemos por menos que alegrarnos.  Porque de salir adelante la propuesta, no cabe duda que beneficiará al entorno de nuestra Montaña Palentina, que se verá así dotada de mayores servicios, susceptibles de ser usados por nuevos visitantes, sirviendo también como acicate para asentar población en sus entornos.

La construcción de este edificio a finales de los años 60 y principios de los 70, según la información consultada, habría que buscarla relacionada con su uso para Parador de Turismo y una pretendida estación de esquí que comenzó a planificarse en sus alrededores, llegando incluso a instalarse algunos remontes; pero que muy pronto todo se esfumó por diferentes motivos, entre ellos crisis económica del país, quedando el edificio hotelero convertido prácticamente en un refugio.  Y lo que es peor aún, en simple aprisco de ganado, aunque pueda parecer chocante.

En otro orden de cosas, decir que, dada su elevada altitud y la dificultad de su acceso, en lo deportivo ha sido destino final de varias etapas de la Vuelta Ciclista a Palencia en años diferentes, siendo la etapa reina de la misma la que, saliendo de Aguilar de Campoo, finalizaba aquí, en el Alto del Golobar.  También la Vuelta Ciclista a Castilla y León sucumbió ante los encantos del lugar y la dificultad deportiva que representa este enclave, y alguna de sus etapas en la provincia palentina finalizaría en este Alto.

Por todo ello, habrá que seguir en el empeño de esta puesta en valor de la construcción y cruzar los dedos para que en esta ocasión sí, el proyecto turístico del Golobar pueda llevarse a feliz término.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 22/09/2021)

 

 

 

 

Septiembre, la cuesta

 

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Ahora, cuando vamos ya por la mitad del mes de septiembre, y estamos a punto de concluir el verano –el verano de sus vidas, quizás para muchos-, e iniciar a renglón seguido el otoño –a una semana justo de ese momento-, con la mayoría de la población habiendo regresado ya a sus quehaceres habituales, puede decirse entonces que el país retoma su actividad cuasi general y completa; habida cuenta de que no resultará total en todos los aspectos debido a la pandemia.

Bien, pues así las cosas, y aprovechándonos todavía en lo climatológico de algunas tardes de muy agradable temperatura que nos permitirán que nuestros paseos sean más prolongados y placenteros; lo que ocurrirá en breve, empero, es que vamos a tener que ir dejando atrás el verano en toda la extensión y connotaciones adjuntas de la palabra; porque lo que tenemos por delante así nos lo está recordando en estos días: la cuesta de septiembre.

Y es que, sin ir más lejos, venimos asistiendo, día sí y día también, al encarecimiento –parece que sin límites- del recibo de la luz, sin que todavía parezca haber encontrado techo para, a partir de ahí, comenzar a descender a la vista de las medidas económicas que sin duda deberá establecer –sí o sí- el gobierno en las próximas fechas; si no queremos que esto se nos vaya de madre.  Y está próxima a llegar la época fría del año, que hará que la factura de la luz se dispare proporcionalmente a la caída de las temperaturas.

Aunque, “largo me lo fiáis, amigo Sancho…”, que dijera Don Quijote, en cuanto a que las medidas económicas que el gobierno aplique tengan su reflejo inmediato en el recibo de la luz de todos nosotros.  Porque si ya es complicada de entender la factura eléctrica por el enmarañamiento tan complejo de los diferentes impuestos que soporta, mucho me temo que su retoque –si lo logramos ver a corto plazo, aunque tiempo ya ha habido para hacer algo al respecto-, venga a hacer más sencilla su comprensión y, por ende, su merma en euros, que es de lo que se trata a fin de cuentas. 

Pocos serán, sin embargo, los que fíen ya de las promesas del ayer en este sentido, visto lo visto.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 15/09/2021)

 

 

 

Aquí, de vuelta

 

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Bueno, pues dejados atrás ya estos pasados días que, por lo que a los palentinos respecta, aparte de venir marcados por el final del verano como tal, giraron también en torno a las actos culturales programados por el consistorio con motivo de la celebración de San Antolín,  y con el principio del curso escolar de nuevo en puertas al llegar estas fechas del mes de septiembre –este viernes próximo en concreto-, nos disponemos a iniciar la última etapa de un año que comenzábamos con la esperanza de que durante su transcurso pudiésemos ir adquiriendo una marcada normalidad en el devenir de nuestras vidas; aunque hasta el momento no ha sido posible en su totalidad.

Y estamos aquí, expectantes ante este último período de tiempo del año que, entre otras cosas, vendrá marcado por el deseo unánime de que, una vez conseguido ese porcentaje del 70% de la población vacunada contra el covid-19, hayamos adquirido ya una cierta inmunidad frente al virus y entremos definitivamente en una nueva etapa de un devenir natural de nuestras vidas; lo que hasta ahora nos ha venido impidiendo esta pandemia que venimos arrastrando desde un tiempo que se nos antoja excesivamente largo.

Bien, pues con todo ello y con este deseo tan normal que seguiremos teniendo presente cada uno de nosotros cada uno de los días, y con la aportación de cada cual al respecto, según el papel o quehacer desempeñado en la sociedad, seguro que nuestro campo de acción va a ser cada vez mayor, vamos a ir recuperando rutinas, usos y costumbres, actividades suspendidas y, sobre todo, libertades hoy por hoy restringidas en muchos aspectos.  

Y todo, mediatizado, además, por un nuevo curso político que seguirá pareciendo, previsiblemente, un campo minado, donde puede saltar a cada paso la sorpresa política, tanto a nivel nacional como internacional, que detraiga tiempo y recursos en detrimento de esa otra lucha contra el virus, en la que llevamos empeñados demasiado tiempo ya.

De todos modos, habiendo pasado lo que hemos pasado, lo que nos queda nos parece ya mucho menos en comparación, y seguimos con la esperanza firme en el final próximo de este mal sueño.  

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el día 8 de septiembre de 2021)

 

 

¡Viva San Antolín!

 

¡Viva San Antolín!, sí; porque mañana es su día aquí en la capital palentina; aunque el ambiente general que se respira al día de hoy sea muy otro y no reine la alegría de otros años, a pesar de este programa de fiestas que, bajo la denominación de “Palencia Querida”, nuestro ayuntamiento capitalino ha conseguido sacar adelante, aun con todas la reservas y restricciones sobre la mesa.

Porque, en otras circunstancias y sin los condicionantes sanitarios bajo los que nos encontramos todavía, la ciudad estaría ardiendo en fiestas por los cuatro costados en estos días. Con las peñas y sus fanfarrias animando las calles gracias a sus alegres y atrevidos pasacalles; la ciudadanía degustando las exquisiteces puestas a su disposición en las decenas de casetas gastronómicas ubicadas en plena calle; el teatro de calle animando en tumultuoso número cada uno de los rincones de la urbe; el real de la feria estallando de luz y animación al caer la tarde; las gentes paseando en tromba casi, y con semblante de fiesta, por los lugares más emblemáticos y céntricos de la ciudad: la Calle Mayor, el Salón, la Huerta de Guadián y sus calles y plazas adyacentes, departiendo con familiares y amigos o abarrotando las terrazas de los bares y cafeterías de las diferentes zonas.

Y esperando inquietas la llegada de la noche para asistir a la actuación musical aquel día programada, o a la explosión del gran castillo de fuegos artificiales de aquella jornada.

Pero estamos, y mal que nos pese, bajo el dominio de la no convocatoria de grandes eventos y de las restricciones en cuanto al número de personas que pueden asistir a aquellos que sí se celebren, así como de la supresión de muchos de los actos festivos muy aplaudidos y vitoreados siempre por los palentinos, por culpa todo ello del maldito virus convertido en pandemia desde un tiempo que ya se nos antoja excesivamente largo.

De todos modos, como estamos en la semana de fiestas –o de las “no fiestas” como se las tiende a llamar-, el deseo en cualquier caso es igualmente de felicidad y dicha en estos días de los sanantolines palentinos de este año. 

¡Feliz Día de San Antolín!.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 01/09/2021)