miércoles, 30 de noviembre de 2022

El qué se dice

 


A la vista de los grandes titulares informativos y la gran profusión de información que la funesta guerra de Rusia contra Ucrania viene proporcionando desde hace meses a los medios de comunicación en nuestro país –igual que ha ocurrido en el resto del mundo-, cabría preguntarse, aunque sólo fuese de refilón, que de qué estarían hablando estos medios cada uno de los días, si no tuviesen tan a mano esta guerra y las consecuencias colaterales que está produciendo, con tantos puntos informativos como ha venido arrastrando y aún lo sigue haciendo.


Bueno, pues seguro que habrían encontrado materia para sus grandes titulares en aspectos tanto políticos, como económicos –por apuntar sólo algunos- de nuestro entorno más próximo, profundizando luego en sus argumentaciones y poniéndolas en relación con lo que estaba pasando en el resto de Europa y, por extensión, de la mayoría de países del mundo.


Y que estábamos realmente mejor, económicamente hablando, porque ya nos íbamos recuperando de la crisis propiciada por la pandemia del covid –que, dicho sea de paso y a otro nivel, también reportó grandes titulares y horas y horas de información- y que comenzábamos a afrontar una serie de retos de una cierta ambición.


Pero hete aquí que, ahora y sin solución de continuidad, por efectos de esta guerra la economía nacional -la europea y también la de medio mundo más-, ha vuelto a sufrir un parón de consecuencias nefastas e imprevisibles, porque estamos hablando ya del suministro de materias primas, como es el caso del cereal desde Ucrania o el gas desde la propia Rusia.


Total que, en este mundo nuestro tan globalizado, de las grandes tecnologías del siglo XXI y de la difusión de la información a nivel mundial en el minuto mismo de producirse, siempre parece ocurrir algo que da al traste con cualquier previsión establecida, y rompe barreras y colapsa la economía nacional, la europea e incluso la de medio mundo, sin posibilidad de detener esta caída.


Es como si nunca lográsemos un asentamiento claro y efectivo de nuestra economía, y siempre tuviésemos que andar reconquistándola para tener un desarrollo óptimo de nuestro ser y existir.  

 

 (Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 30/11/2022)


 

 

 

 


miércoles, 23 de noviembre de 2022

Quintanilla y San Andrés

 


A pesar de la que está cayendo: crisis económica, crisis sanitaria y hasta crisis en la política, principalmente, hay todavía pequeñas localidades en nuestra provincia que, llegados cada año los días de su Patrono, de su fiesta grande en el pueblo, se encuentran dispuestas a tirar el resto por la ventana para celebrar su festividad por todo lo alto.


Y una de estas localidades es Quintanilla de Onsoña –en la comarca saldañesa-, que cada 30 de noviembre honra con una gran celebración festiva a su Patrono San Andrés, aderezada con una variada y divertida programación de actos festivos que hace que durante esos días regresen al pueblo muchos de los naturales del lugar y sus familias, que en su día emigraron a otros destinos.  Aunque este año, en cuanto a la fiesta en sí, dado que el 30 de noviembre coincide con un miércoles, los actos se han pasado al fin de semana anterior, días 25, 26 y 27 de noviembre, o sea, ya mismo.


Echando atrás la memoria un buen puñado de años, recuerdo que, en aquel entonces, para los chavales de mi pueblo, Velillas del Duque, distante tan sólo dos kilómetros de Quintanilla, el 30 de noviembre era también un día grande, una fecha que esperábamos con interés, pues nuestras familias nos permitían acudir solos a esta fiesta en la tarde del patrono, aunque luego ellos hiciesen también acto de presencia en la misma.


Y allá que nos íbamos nosotros a primera hora de la tarde, alegres y contentos carretera adelante hasta llegar al pueblo vecino en fiestas, cuyos habitantes nos acogían con gran generosidad.  En especial el grupo de chavales, con los que recorríamos buena parte de éste y, en particular, la plaza donde se asentaban los puestos de golosinas y, a continuación, la era que, al caer la tarde, acogería la sesión de baile; y donde sin dudarlo ni un minuto improvisábamos un pequeño partido de fútbol locales contra visitantes, primando la amistad.


Con la tarde ya avanzada, la fiesta continuaba hasta bien entrada la madrugada con la sesión de baile, al que acudían los vecinos del lugar y otros muchos llegados de los pueblos de alrededor.


Así que, ¡Felices fiestas de San Andrés!, Quintanilla.


(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 23/11/2022)


   

 

 

 

 

 

 

 

 


miércoles, 16 de noviembre de 2022

Mucho por acordar

 


Ahora que estamos atravesando el ecuador del penúltimo mes del año –¡diantres cómo pasa el tiempo!, si parece que fue ayer cuando nos felicitábamos el año nuevo-, y que vamos cuesta abajo y sin frenos en busca del final de estos últimos 365 días, vemos que no hemos sido capaces –dentro de un contexto internacional- ni de parar la guerra de Ucrania, ni de lograr grandes alianzas mundiales en torno a situaciones tan graves como, por ejemplo, el cambio climático o las armas nucleares; sólo esbozar acuerdos más o menos perentorios y de corta vigencia, que saltan por los aires en menos que canta un gallo.


Tampoco en el entorno nacional nos ha ido mucho mejor, porque no hemos conseguido a lo largo del año acuerdo alguno en el ámbito político, con repercusión positiva en el bienestar de la ciudadanía y su devenir cara a los años siguientes; sólo parches de cierta efectividad pero cortos en el tiempo.


En efecto, tras largos días de conversaciones entre unos y otros –y me estoy refiriendo aquí a la esfera nacional-, y de comunicados y contracomunicados en uno y otro sentido, las conversaciones hicieron agua y vuelta al punto de partida.  Y, al parecer, con pocas posibilidades de volver a sentarse juntos.


Y es que podría decirse que ya llueve sobre mojado, nunca mejor dicho, ahora que el cielo parece se ha abierto y nos está regalando esa lluvia tan necesaria que moja nuestras calles y va acumulándose en nuestros pantanos para la pertinente reserva.  Y decimos que llueve sobre mojado porque son temas que se vienen arrastrando año tras año y que no encuentran solución; tampoco en este año de gracia de 2022 que en su comienzo hacíamos votos encarecidos para que estos temas fuesen resueltos con absoluta prioridad.


Y, claro, tampoco nos está yendo nada bien que digamos, antes al contrario, en el aspecto de la economía, donde cada día no se habla de otra cosa que no sea la necesidad de bajar los impuestos por parte de unos, de mantenerlos tal como están con pequeños retoques por parte de otros, o de subirlos, incluso, para ciertos contribuyentes de rentas más altas.


En fin, un verdadero caos multidisciplinar, cabría decirse.    


(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 16/11/2022)


 

 

 


miércoles, 9 de noviembre de 2022

El “Alonso Berruguete”

 


Este año 2022, cumple 50 de existencia nuestro emblemático Instituto “Alonso Berruguete” de la capital, el “Insti nuevo”, como se le conocería tras su apertura, con el fin de diferenciarlo del otro ya existente, el “Jorge Manrique” que, por lo mismo, entre los estudiantes primero y luego por parte de todos los palentinos, se le pasó a conocer como el “Insti viejo”.  Cosas de la comunicación y de saber interpretar con dos cortas palabras a cuál de ellos nos estábamos refiriendo en una conversación.


Como cuando –y aquí hago una referencia personal- viviendo en el pueblo coincidió en el grupo de chavales que éramos dos con el nombre de Javier; y para diferenciarnos en las conversaciones a pie de calle y entre nosotros, al otro Javier, que era algún año mayor que yo, se le conocía como “Javi el mayor”, y al que suscribe, como “Javi el pequeño”.  Una manera práctica de diferenciarnos, que con la edad adulta desaparecería tal bautismo diferenciador.


Bien, pero a lo que íbamos, que era este medio siglo de vida que acoge en su ser y en su historia el “Alonso Berruguete”, el Instituto que se erige junto a nuestro emblemático puente de hierro y que lleva ya cincuenta años impartiendo la enseñanza a diferentes generaciones de palentinos. 


Para nosotros, los que estudiábamos en aquel entonces en el “Insti viejo”, toda una institución ya en la capital, la apertura de este nuevo centro significó un pasar a estar más desahogados en las aulas, en los pasillos y también en el recreo, pues fueron muchos los compañeros que se pasaron al nuevo centro para continuar estudiando allí el bachillerato, por aquello de la novedad.  Y cuando nos encontrábamos por el salón durante el recreo, tras saludarnos era inevitable el preguntarles qué tal les iba en el flamante Instituto, respondiéndonos casi a coro que muy bien, que allí era todo nuevo y les había hecho ilusión estrenarlo.


Claro que en más de una ocasión surgirían también, entre ellos y nosotros, más de una y más de dos conversaciones sobre la bondad o no de la enseñanza y de los diferentes profesores en uno y otro centro, sin que al final sacásemos ninguna conclusión definitiva. 

 

 (Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 09/11/2022)



miércoles, 2 de noviembre de 2022

Tiempo de noviembre

 



Ahora y de un tiempo para acá, cuando enfilamos ya el penúltimo mes del año, el mes de noviembre que, nada más nombrarlo, a una amplia generalidad de personas nos suena a flores, a Santos y a Difuntos por las festividades que acogen su primer y segundo día del mes, estamos asistiendo igualmente a un despliegue sumarísimo de elementos que las empresas productoras y suministradoras de los productos típicos de Navidad –léase tanto en el aspecto propio de la alimentación como en el de los juguetes para los más pequeños-, se están encargando de distribuir amplia y generosamente a todo lo largo y ancho de la geografía nacional, cuando en realidad la Navidad en sí está todavía un tanto lejana.


Es algo que se ha convertido ya en una especie de tradición adelantada y que no parece pueda dar un paso hacia atrás y plegarse a fechas más cercanas a la propia celebración navideña; antes al contrario, pareciera que de un tiempo a esta parte se hubiera producido una especie de competencia entre las distintas firmas comerciales por ver quién, entrado el otoño, adelanta más la puesta en los diferentes puntos de venta de los productos típicos y tradicionales de las fiestas navideñas; esto es, una especie de lucha virtual por ver quién consigue llevarse el gato al agua.


Y lo mismo viene a ocurrir con el aspecto externo de la ornamentación de las ciudades, en especial con sus luces de Navidad, donde parece haberse desatado una especie de pugna entre regidores municipales por ver quién alcanza mayor impacto y realce en sus luces y, de paso, las enciende más pronto cada año, alegando aspectos comerciales sobre todo.  Y como ejemplo, la ciudad de Vigo, cuyo alcalde parece haber hecho suya una máxima en este sentido y no duda en competir en vistosidad cada año con las grandes ciudades, no sólo de nuestro país, sino del planeta; haciendo de su inauguración un gran espectáculo mediático.  

 

Y aquí estamos todos nosotros, de la otra parte de la realidad, que vamos acogiendo –quizás al principio un poco a regañadientes-, lo que cada año se nos indica en este sentido y luego se hace ya tradición que, al año siguiente, comenzará aún antes.


 

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 02/11/2022)