miércoles, 24 de febrero de 2021

La cuestión está clara

 

Foto: Internet

Ha pasado un largo y, por momentos, interminable a la par que incalificable año y, a pesar de todo este tiempo, vamos a tener que enfrentarnos en breve por segunda vez consecutiva –debido a la pandemia que nos asola-, a una Semana Santa sin grandes actos masivos que la representen, tanto en el interior de los templos como en las calles.


En especial, vamos a vernos privados, también este año, de poder asistir o de participar de forma directa en esas multitudinarias procesiones protagonizadas por cientos de cofrades que, con los Pasos de sus Cofradías muchas veces portados sobre sus hombros, recorren las calles de nuestros pueblos y ciudades, recibiendo el cariño de sus convecinos.   


Siendo muchos de ellos vitoreados por parte del gran público, en tanto que en otros lugares la tradición se ha decantado por el dolor, la austeridad y el recogimiento en casi la totalidad de estos desfiles procesionales, como es el caso de nuestra tierra castellana.


Pero como decíamos más arriba, lo cierto es que este año, por culpa de la dichosa pandemia, no vamos a poder asistir a ningún tipo de exteriorización de estos actos.


Así que durante los próximos días, y a la vista de la situación sanitaria, vamos a oír hablar de este tema hasta casi la saciedad, con posturas encontradas de unos y de otros en torno a si procedería celebrarse la Semana Santa con algún tipo de desescalada que permitiese una apertura de las medidas restrictivas ahora vigentes, sobre todo en cuanto a desplazamientos entre Comunidades Autónomas se refiere.


Y claro, si de pronto uno se inclinase por la idea de, acudiendo a los tópicos que se barajan siempre en estas situaciones, tratar de “salvar la Semana Santa” en el sentido ya apuntado, como ocurriera con motivo de las pasadas fiestas navideñas y albergase esperanzas de ello, encontraría también a su lado otros muchos que le dirían que ¡alto!, que echase un vistazo a lo que pasó luego de las anteriores celebraciones –muchas de las consecuencias las estamos pagando con esta tercera ola de la pandemia-, y trajese la reflexión al momento presente.


Y es que la cuestión está bien clara.


(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 24/02/2021)


 

 

 

 

 

 


miércoles, 17 de febrero de 2021

Adiós a febrero

 

                                                                      Foto:Internet


Éste y otro miércoles más y se nos irá febrero, posiblemente con más pena que gloria; debido a lo que estamos pasando, y por lo que no podemos hacer, y bien que nos gustaría.


Pero las circunstancias son las que son y todo sea por preservar la salud, que es el bien más preciado que tenemos; porque sin ella nada podríamos hacer, salvo tratar de restablecerla por todos los medios posibles, que es lo que están haciendo cada día nuestros sanitarios en cada uno de nuestros hospitales, con unos índices tan altos de ocupación en este mes de febrero debido a esta pandemia que padecemos.


Una pandemia que nos está trastocando la vida allá donde aparece; y va ya por la tercera ola de contagios tras su declaración por la Organización Mundial de la Salud hace un año; y hay quien comienza a vaticinar ya una cuarta –no les demos motivos para ello-, si no hacemos las cosas bien y tratamos sí o sí –por ejemplo-, de “salvar la próxima Semana Santa”, por aquello de que la tenemos ya cerca; tal y como ocurriera con la relajación y la permisividad durante la Navidad pasada. Y habida cuenta de que la administración de las vacunas a la población no va a la velocidad que todos quisiéramos.


El caso es que bien pudiera decirse que febrero, en su corto recorrido en días –recordemos a nuestro refranero cuando dice aquello de que “febrero, febrerín, el más corto y el más ruin”-, ha cumplido con creces aquello otro que también sentencia nuestro refranero, de que “febrerillo el loco, es un día peor que otro”.


Porque si no –y hablando de la pandemia-, ya me dirán ustedes cómo se explica esa casi sucesión interminable, día tras día, de cifras de contagios y fallecimientos preocupantemente altas durante el presente mes de febrero, que todos hemos observado aterrados día a día.


Ahora, cuando falta sólo una semana y días para decir adiós definitivamente a febrero, estamos asistiendo, a lo que parece, a un descenso de estas cifras; por lo que pareciera que este “febrero mocho, que sólo tiene veintiocho”, quisiera despedirse de una manera un poco más amigable.  Eso sí, siempre que todos nosotros cumplamos con lo que se nos tiene ordenado en este sentido.   


(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 17/02/2021)

 

 

 

 

 

 

miércoles, 10 de febrero de 2021

Ni desfiles, ni disfraces

                                                                                                 



                                                                     Foto: Internet


Pues, a lo que parece, vamos últimamente por aquí, y también por allá, de no fiesta en no fiesta; y así llevamos ya un elevadísimo número de ellas, de las no fiestas, o fiestas un poco así como de “mentirijillas”, que diríamos a la grey infantil.


Porque se nos escapa ya en los vericuetos de la memoria el número de las no celebradas o celebradas sólo un poco por encima; sí, pero no; sin ninguna concentración de personas para intercambiar pareceres y divertirse, sin ningún tipo de desfile callejero que siempre las enaltece y da valor.  O incluso celebrándose sólo virtualmente, esto es, a medio gas; sin salir de casa y sentado frente al ordenador conectado a Internet.


Y claro, todo ello, por culpa de la dichosa pandemia de marras, que nos tiene así de tristes y contrariados desde hace más de un año, y sin visos de que el panorama en este sentido vaya a cambiar un ápice de manera inmediata, y ya todos a la calle a celebrar la vida y sus alrededores con todo tipo de actos multitudinarios.


Así, se suceden unas tras otras las resoluciones de las autoridades provinciales y locales anunciando la suspensión de tal o cual fiesta, de tal o cual concentración deportiva o torneo que lleven a la reunión de personas tanto en el interior de los recintos como en el exterior.


Es el caso que viene sucediendo estos días con motivo de las fiestas de Carnaval, que han sido suspendidas por el consistorio –por lo que a la capital se refiere- a la vista de la situación sanitaria tan penosa por la que estamos atravesando.


Y así cada día que pasa, que se multiplican los comunicados en los diferentes ámbitos provinciales anunciando que, para este año y a consecuencia de la pandemia, se suspenden los actos con motivo de tal o cual celebración.  Y, en el mejor de los casos, se reservan algunos de ellos para su celebración virtual, por aquello de que el personal pueda agarrarse a algo.


Así que en estos próximos días, nada de disfraces, nada de animados desfiles multicolores por calles y avenidas, nada de músicas de desenfadados ritmos acompañando a aquéllos; y sí todos en casa y respetando las normas para evitar contagios gratuitos.


(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 10/02/2021)



 

 

 

 













                                                                            

miércoles, 3 de febrero de 2021

Otra no fiesta

                                                                                                                                   Foto: Internet       

                                                                                                                                                

   Total, que una fiesta más y su consiguiente tradición, que acaba de suspenderse por mor de esta pandemia y convertirse en otra “no fiesta”... 




Ahora, cuando los actos de la celebración de la fiesta de las Candelas –la copatrona de la ciudad-,  llevábamos unos cuantos años en los que parecían estar tomando una cierta mecha en el sentir popular, con una positiva proyección de los mismos cara a la ciudadanía de Palencia; después de un tiempo en el que este aspecto popular hubiera decaído palmariamente, llega este maldito coronavirus que estamos padeciendo de manera ininterrumpida desde hace casi un año, y echa por tierra esta recuperación al paralizar de plano la fiesta en el día de ayer, reduciéndola a la mínima expresión, al aspecto religioso y con un pequeño número de asistentes.


Ahora, cuando se estaba dando una masiva participación de los palentinos en estos actos, habiendo devenido en populares de verdad; y alejándose de alguna manera ese temido fantasma que sobrevolaba sobre la ciudad ese día cada año, convirtiéndose en el “día de Palencia en Valladolid”, con llamadas claras incluso por parte de la red comercial de aquella ciudad, de invitación a los palentinos para comprar en la vecina localidad, la llegada de esta pandemia y la supresión de los actos en la capital volvió a resucitar ese viejo fantasma, volviéndose a poner en solfa estos desplazamientos interprovinciales.  Y ello, a pesar del momento por el que atravesamos.


Total, que una fiesta más y su consiguiente tradición, que acaba de suspenderse por mor de esta pandemia y convertirse en otra “no fiesta”


Y así van unas cuantas más de un año para acá prácticamente.  Y todas con ese mismo motivo.  Un motivo que nos tiene asfixiados ya al conjunto de los ciudadanos, que no vemos cercano aún el momento en el que todo esto regrese a tomar una cierta normalidad en las relaciones interpersonales y en la libertad de los movimientos.


Porque, esa luz al final del túnel y ese signo de esperanza que supone la administración de la vacuna a toda la población, aun a pesar de que ya se ha comenzado a realizar, y las perspectivas en cuanto a tiempo para que todos la tengamos puesta y quedemos inmunes y libres del maligno virus, distan aún mucho de estar cercanas.  


 

(Publicado en el Periódico: "Diario Palentino" el 03/02/2021)