miércoles, 26 de septiembre de 2018

Románico a pedales

Foto (Diputación Provincial-Palencia)
 
 
 
La ruta transcurrirá a puro pedal entre una serie de localidades...
 
 
A lo que se ve, ha tenido que ser el famoso Jesús Calleja con su exitoso programa televisivo “Volando voy” que, como saben, recalara por nuestro norte provincial hace unos meses, el que nos haya puesto las pilas –a ver si definitivamente-, en orden a la promoción del extraordinario arte románico que atesoran muchas localidades de ese norte de nuestra provincia.
 
 
Porque, fue salir en antena el citado programa, abordando entre otros muchos aspectos una ruta en bicicleta por la Comarca para visitar una serie de templos románicos de especial belleza, y al día siguiente ya se estaba hablando de la posibilidad de establecer turísticamente y de manera formal esta ruta en bicicleta.
 
 
La idea prendió con tanto entusiasmo entre los palentinos de dentro y de fuera, que las instituciones provinciales encargadas de la  “cosa” del turismo, se pusieron manos a la obra en pos de organizar esa ruta a la mayor brevedad.
 
 
Ha pasado el tiempo razonable para su definición, acondicionamiento del recorrido y organización de alguna manera de las infraestructuras de los lugares por los que transcurrirá, y ya tenemos fecha para poner en valor la misma, con la Primera BTT “Pedaleando por el románico”, el próximo 6 de octubre, en bicicleta todo terreno.
 
 
Dada la novedad de la misma, y el amplio interés que suscitó el programa de Jesús Calleja debido a los bellos paisajes por los que nos condujo a bordo de su helicóptero, es por lo que se espera ahora desde la organización del evento un marcado éxito en la convocatoria.
 
 
La ruta, que partirá y concluirá, también, en el monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo, verdadero centro de estudios del románico y que irradia al mundo entero la importancia del mismo en nuestra provincia, transcurrirá, a puro pedal, entre una serie de localidades –nada más y nada menos que once-, que guardan en sus límites territoriales la mejor muestra de nuestro arte románico del pasado. 
 
 
Las crónicas posteriores a la marcha, nos hablarán suficientemente, a buen seguro, sobre el éxito de la misma. 
 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 26/09/2018)     
 
 
 
 
    
  
 
 
 
 


miércoles, 19 de septiembre de 2018

Hacia la rutina



la ciudad entrará en una especie de calma excesiva, rondando la apatía diaria en muchos momentos...


 
Es este espacio de tiempo que vivimos estos días, con el verano ya diciéndonos adiós irremediablemente –aunque cualquiera lo dijera a la vista de las extraordinarias temperaturas de estos últimos días-, las alegres y luminosas fiestas de nuestra capital y provincia dadas por concluidas en la práctica (a expensas sólo de esas últimas Romerías que se llevarán a cabo con extraordinario fervor este próximo viernes en unos cuantos lugares de nuestra provincia), la actividad laboral retomada ya en su grado máximo y con los escolares y demás grupos de estudiantes integrados también en su particular ambiente, nos encontramos como en el preludio de una especie de recogimiento o hibernación que no tardará en llegar, donde la rutina más descarnada y real será nuestra compañera de viaje durante unos cuantos meses.
 
 

Y es que, en efecto, en apenas unos días, acabando septiembre y, con él el verano –este último el próximo 23 en concreto-, con la merma progresiva de las horas de luz, la caída en picado de las temperaturas y el espíritu del personal adaptándose al momento, nos vamos a encontrar con que –mal que nos pese-, la ciudad entrará en una especie de calma excesiva, rondando la apatía diaria en muchos momentos.  Que solamente la perspectiva del fin de semana y las actividades culturales programadas con una cierta regularidad por el municipio y demás instituciones, serán algunas de las oportunidades que obrarán a favor de un cambio en la inercia de los días y de las personas.
 
 

 Y eso que la actualidad política nacional, que no para de darnos sorpresas y hasta sustos –si se me apura-, día tras día, para no dejarnos tranquilos ni un solo minuto, continuará, en según qué momentos y situaciones, colocándonos incluso al borde mismo del precipicio –dicho sea en sentido figurado, claro-. Lo que también tendría su parte positiva, mirándolo desde un punto de vista diferente, porque nos hará permanecer ojo avizor a la espera de esos acontecimientos del día a día, que llegarán, vaya si llegarán...
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 19/09/2018)
 
 

 

     

  

 

 

 

 

 

 

   

 

 

 

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Renovando el paisaje



a partir de ahora, buena parte de nuestros núcleos rurales volverán a quedarse bajo mínimos...


Cada año por estas fechas –y en éste actual no iba a ser menos-, cuando el verano anda dando ya sus últimos estertores por estos pagos mesetarios, se vuelve a repetir una imagen ya inveterada en nuestro mundo rural provincial, que no sé si la tiene por tradicional y como tal está esperando que se repita sin más al llegar estos días, o que ya ha tirado la toalla y piensa que esto es lo que hay y que al menos tenemos esto. 
 

Y es que se trata de ese volver a recorrer con los bártulos a cuestas –entiéndase a bordo de modernos vehículos a motor, que aquí también imperó la modernidad-, el camino andado por muchos al comenzar el verano o durante su transcurso, pero ahora en sentido inverso, con motivo del regreso a sus puntos originarios de destino, después de haber pasado estos vencidos días de vacaciones en cualquiera de los pueblos de nuestra provincia.  Es ese peregrinar de nuevo del pueblo a la ciudad al llegar estas fechas de final del verano.
 

Con lo que, a partir de ahora y a la vuelta de la esquina en la práctica, buena parte de nuestros núcleos rurales volverán a quedarse bajo mínimos en cuanto a habitantes que hagan vida en el lugar durante los próximos meses.  
 

Se cerrarán a cal y canto un buen número de casas hasta la próxima ocasión.  Y tras el último salto de resbalón, el lugar quedará sumido en su propio silencio la mayoría de los días.
 

Eso sí, permaneciendo en el haber de las personas –algo es algo, al menos-, toda una sucesión de momentos extraordinarios vividos en perfecta armonía y salpicados con abundantes fotografías para el recuerdo; anécdotas e historias del pasado que se habrán revivido en muchos instantes al revolver una calle o asomarse al interior de una plaza…
 

Y sobre todo, haber conseguido recargar los pulmones de aire puro, en unos días de descanso y relax casi totales; donde tampoco habrá faltado la fiesta y el reencuentro vecinal hasta bien entrada la madrugada porque, sin prisa alguna, la noche se iba haciendo más compañera que nunca; quizás presagiando esas largas noches del invierno en completa soledad.
 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 12/09/2018)
 
 

miércoles, 5 de septiembre de 2018

De regreso


Y sobre todo, la oportunidad de reencontrarnos con lo nuestro...


 
Llegadas estas fechas y con la mayoría del personal de regreso del tiempo vacacional y reubicados en sus lugares y ocupaciones habituales, no serán pocos quienes en estos momentos del retorno manifiesten –en ocasiones sólo para sus adentros-, aquello tan del momento de… “hogar, dulce hogar”.
 

Y es que, en efecto, el abandonar por unos días la rutina diaria, las consabidas calles y plazas y el ambiente repetido obligado por las ocupaciones y actividades laborales de ejecución cotidiana, a cambio de descansar unos días de todo esto lejos del lugar usual de residencia, resulta hasta necesario y recomendable, se mire por donde se mire.  Eso está claro.
 

Pero cuando uno regresa a casa –hogar, dulce hogar-, nota que recupera esa paz y tranquilidad de la misma, ese volver a encontrarse con las cosas en su sitio en perfecto orden –aún dentro del posible desorden personal-; ese volver a citarse con los amigos de siempre al finalizar la semana para tomar unas cañas y tratar de arreglar el mundo con sesudas teorías de fácil adopción por los gobernantes; ese volver a recorrer a paso lento y saboreando cada uno de sus rincones, seguro que cargados de imborrables recuerdos, nuestra Calle Mayor Principal, el parque del Salón o el paseo junto al río, deleitándonos con su espectacular visión al caer la tarde y con el sol ocultándose a lo lejos tras los árboles y la floresta que le circunda.
 

O ese retomar el sábado de buena mañana el paseo hasta nuestro monte para, a la vez que se realiza un saludable ejercicio de beneficiosos efectos, llegados a su cima poder ensanchar nuestros pulmones con el aire puro que el mismo nos ofrece con generosidad en medio de una exultante vegetación, aparte de contemplar las estupendas vistas que de la ciudad y sus alrededores se pueden observar desde tan privilegiada posición.
 

Y algunos otros itinerarios más; y ciertas citas culturales que ya nos están esperando; y las luces especiales que pronto ornamentarán nuestras calles al caer la noche…
 

Y sobre todo, la oportunidad de reencontrarnos con lo nuestro en su momento más querido, porque lo hemos ido haciendo paso a paso y con infinita fe.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 05/09/2018)