miércoles, 28 de octubre de 2020

Centenario de Delibes

“Si el cielo de Castilla es alto, será porque lo han levantado los campesinos de tanto mirarlo”.
 




Ahora, cuando por las circunstancias de la crisis sanitaria que estamos pasando, parece que estamos echando con una progresiva regularidad una mirada más profunda hacia lo rural, hacia el pueblo en concreto como lugar para vivir –al que tratamos de huir cuando en la ciudad las cosas se ponen feas-, coincide que se acaban de cumplir los cien años del nacimiento de un genial escritor de aquí, de nuestra tierra castellana, de la vecina Valladolid en concreto.

Se trata, como ya habrán adivinado, de Miguel Delibes.  Un autor que ambientará la mayoría de sus obras literarias en este mundo rural; por lo que bien podríamos calificarle por ello como el mejor cronista de la vida rural de su tiempo.

Así, cualquiera de sus novelas o cuentos que tomemos, apreciaremos de inmediato esas referencias claras al mundo rural, en el que asienta sus historias de manera inequívoca; hasta el punto de poder hablar con toda certeza de la ruralidad de muchos de sus personajes, auténticos héroes de su tiempo muchos de ellos; porque supieron salir adelante en su vida con lo poco que se les ponía por delante.  Y si no, recordemos entre sus muchas novelas, las aventuras y desventuras del protagonista de “Las ratas” y su familia, por ejemplo.

Lo que nos sitúa ante una visión un tanto descarnada y en ocasiones trágica de las gentes que habitaban las tierras de la Castilla de mediados del siglo pasado donde ambientaría muchas de sus novelas.  Encontrándonos, además, con que, muy a menudo, la muerte aparece con toda su carga de sufrimiento y tristeza.

De otro lado, a lo largo de sus narraciones, muchas de las cuales se desarrollan en el ambiente provinciano de nuestra Castilla, encontramos también reflexiones concretas que el propio escritor dejaría bien anotadas.  Entre ellas, varios pensamientos muy reveladores que justo tienen que ver con el amplio conocimiento que él poseía del mundo rural y de sus gentes.  Como aquel que dice que, “si el cielo de Castilla es alto, será porque lo han levantado los campesinos de tanto mirarlo”.

Ni tanto que es alto; y puro, y limpio; y grato de contemplar.  E inspirador, a la postre, de grandes historias hechas literatura.


(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 28/10/2020)


 

 

 

 


miércoles, 21 de octubre de 2020

Oscuro panorama

Con este panorama sanitario tan difícil, y 

los arreones de unos contra otros y todos

contra todos en el plano político.... 


Con el otoño muy vivo todavía en nuestro día a día y a punto ya de pasar por el cada vez más discutido cambio de hora para encarar el conocido como horario de invierno –este próximo domingo 25, donde a las 3 de la madrugada los relojes han de marcar las 2-, estamos viendo cómo la zarpa del coronavirus de marras no deja de atacar por todos los flancos, sumando positivos en la cuenta particular de quien lo padece y en la oficial de las autoridades sanitarias, que se las ven y se las desean para controlar la enfermedad              y minimizar los efectos en la sociedad en la manera de lo posible, a pesar de las diferentes medidas que se vienen tomando.


Con este panorama sanitario tan difícil, y los arreones casi a diario de unos contra otros y todos contra todos en el plano político, donde los enfrentamientos tanto de ideas como de métodos de convencimiento político entre los partidarios de los unos y los de los otros, están cada día a la vuelta de la esquina y sin ninguna mínima posibilidad de acercamiento de posturas, nos está quedando un país de obligada necesidad de pase por chapa y pintura.


Y si no, no hay más que asomarse cada día a las informaciones de prensa, radio y televisión, para comprobar que ya no se habla ni se escribe de otros temas que no sean los antes citados. Y, además, combatidos con una inusitada virulencia verbal por parte de cada una de las formaciones políticas en la mayoría de las sesiones parlamentarias de los últimos meses.


Y eso sin hacer mención a la realidad económica que va complicándose por momentos, y que nos está asfixiando a marchas forzadas, con unas perspectivas de recuperación efectiva a varios años vista según los expertos.


Porque, además, los fondos europeos aprobados para paliar en buena parte las inversiones y los esfuerzos económicos realizados por los países como consecuencia de esta pandemia, aún no se conocen las fechas de su efectividad práctica.  Con lo que, si no se quiere que el país se paralice, el recurso que le queda al gobierno de manera continua es el endeudamiento cada vez mayor de las arcas financieras del estado.



(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 21/10/2020)



 

 

 

 


miércoles, 14 de octubre de 2020

Confinados de nuevo




Pues va a ser que, por mor del escenario en el que nos estamos moviendo y viviendo día a día últimamente, no cabe otra que volver a hablar del maldito coronavirus de marras –si es que hubiésemos dejado de hablar de él desde siete meses para acá, claro; que me temo que no-. 


Y es que ya ven que por lo que más cerca nos toca, y a la vista de los datos que arrojamos los palentinos y que analizan las autoridades sanitarias al respecto, a la capital palentina se nos ha vuelto a confinar durante catorce días –confinamiento perimetral, lo han llamado-, como consecuencia de haber sobrepasado los parámetros establecidos para una evolución considerada como normal con respecto a esta pandemia del covid-19 que estamos padeciendo.


Y claro, llegados a este punto, cabría pensarse que los números son sólo eso, números; pero las cifras, aunque sean de por sí frías, cantan por sí solas y nos sitúan donde nos sitúan en la escala elaborada a tal fin. 


Lo cual no quiere decir que el personal no ande cabreado y trayendo a colación en conversaciones a nivel de calle el tan manido comentario –pero no con cierta lógica y razón-, de que aquí “estamos pagando justos por pecadores”.  Y a continuación, para abundar aún más en su certera apreciación, detienen el paso, echan mano de la memoria y ponen de manifiesto multitud de ejemplos en los que se aprecia bien a las claras la serie de incumplimientos por parte de unos cuantos de las normas sanitarias mínimas así establecidas; que luego traen como consecuencia situaciones padecidas no deseadas, como esta del confinamiento.


Y, aunque este aislamiento o encierro perimetral actual, resulta ser en la práctica más blando que el padecido en los meses de marzo y abril pasados, no deja de surtir inconvenientes de todo tipo en nuestra movilidad más allá de los límites capitalinos, tanto en las entradas como en las salidas de la capital; lo que repercute también, ineludiblemente, en la actividad económica de la capital y la provincia, ya de por sí mermada.


Al final, por supuesto, uno hace una reflexión y piensa que, de manera general, se puede contribuir mucho más a la erradicación de esta pandemia.


(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 14/10/2020)


 

 

 

 



miércoles, 7 de octubre de 2020

Octubre y último trimestre

y en nuestras manos tenemos también algún grado de responsabilidad en orden a la positiva evolución de esta pandemia...
 



Esto de entrar en el último trimestre del año, de común –y me refiero a antes de iniciarse esta pandemia, que nos está azotando sin piedad-, significaba de alguna manera una alegría por haber logrado llegar a casi el final del año, y con la mirada puesta en las inminentes fiestas de Navidad, que ya comenzaban a anunciárnoslas en las grandes y pequeñas superficies comerciales con la puesta a disposición de los clientes de los productos propios de esas fiestas.


A lo que se unía un cierto movimiento del personal en las calles de las ciudades, motivado por las compras propias de esta época del año, lo que propiciaba una cierta carga de alegría en el ambiente general de la ciudad.


Pero, contra todo pronóstico –y si no, acordémonos de cuando al finalizar el año pasado nos deseábamos todos mucha salud (aquí está la clave) y un feliz y próspero 2020-, muy pronto, sin embargo, vino a visitarnos, sin llamarlo y para quedarse, este malvado coronavirus, que nos está haciendo sufrir lo indecible, amén de poner en solfa la estructura económica del país.


Con lo que, haber llegado hasta aquí en unas condiciones aceptables, eso sí con el montón de restricciones debajo del brazo que estamos padeciendo, puede ser hasta motivo de alegría y de agradecimiento –y aquí cada cuál explicite a quién o a quiénes-.  Lo cierto es que, principiándolo como estamos, aún no sabemos cómo transcurrirá este último trimestre del año.


¿Habrá celebraciones navideñas tal y como las hemos pasado siempre?. ¿Se colocarán en las principales calles los vistosos arcos de luz de estas fechas?, aunque haya municipios como el de Vigo, que ya nos ha tomado la delantera, si acaso. ¿Podremos escuchar los tradicionales villancicos interpretados por grupos de voces en actuaciones de conjunto?. ¿Podremos acudir a las iglesias sin ninguna limitación para seguir los actos religiosos?.


¿O se programarán unas sucedáneas “no fiestas de Navidad”, tal como pasó con las patronales de meses atrás?.  En cualquier caso, recordemos que en nuestras manos tenemos también algún grado de responsabilidad en orden a la positiva evolución de esta pandemia y acortando su propagación. 


(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 07/10/2020)