miércoles, 1 de julio de 2020

Caminos urbanos


regresar a la ciudad, aunque el ambiente urbano seguirá oliendo a naturaleza por algún tiempo más...








Últimamente, cuando voy recorriendo la ciudad y llego ya a algún barrio más o menos exterior y un tanto alejado del centro, y me encuentro con un camino lateral que parte desde el borde mismo de la calzada, siento que tengo la necesidad de tomarlo, explorarlo y seguir caminando por él pisando su superficie de tierra, observar con extraordinario interés todo lo que su recorrido me va deparando, dejándome llevar conscientemente y viendo adónde me conduce, aunque en mi cabeza tenga definida ya una predeterminada ubicación orientativa del lugar donde me encuentro.

Sintiendo en todo momento la necesidad insistente de adentrarme por el susodicho camino y sus diferentes vericuetos, observando con interés las posibles construcciones que en sus márgenes se ubican, la diferente vegetación que le va rodeando en el recorrido, e incluso la perspectiva de la ciudad dejada detrás cuando el camino toma una curva y me permite esa visión.

Pero sobre todo, ver y sentir cómo la naturaleza ejerce su acción y crece libre y a su aire a mis pies, pudiendo incluso hasta tocarla en cada una de sus manifestaciones herbáceas.  Admirando a un tiempo la gran variedad de estas hierbas, así como de plantas de distintos tamaños y colores de especies diferentes que crecen a lo largo de ambos márgenes del camino.  Una vegetación, en suma, que me va señalando la estación del año en la que me encuentro cuando paso a su vera y me detengo a contemplarla.

Y en el ambiente, puedo en todo momento escuchar los cantos armoniosos y variados de decenas de pájaros que van volando delante de mí o se entretienen saltando de rama en rama cuando me acerco a algún espacio arbolado.

Es un viaje de placer, es un observar y sentir la vida libre de la naturaleza, que sigue su particular dictado y sus reglas de nacencia en cada tramo del camino. 

Y, a la par, sentir cómo mi pensamiento se evade y se va relajando por momentos.  Mientras en el tiempo, y tras haber recorrido un considerable trayecto, se va acercando poco a poco la hora de tener que desandar el camino para regresar a la ciudad, aunque el ambiente urbano seguirá oliendo a naturaleza por algún tiempo más.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 01/07/2020)
 
 

 

 

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