miércoles, 3 de julio de 2019

Verano y vacaciones


Y ha aparecido el turismo rural o de interior, el turismo de montaña, el de aventura...






Dejando atrás el primer semestre del año, acabamos de iniciar el segundo con el mes de julio en primer plano; mes que, junto a agosto, suenan a verano por encima de todo; para unos asimilándolos indefectiblemente a las faenas finales –duras en exceso- de la recolección agrícola; en tanto que para otros un tiempo de parón en sus ocupaciones habituales.  Y donde, modernamente, el que más y el que menos, hace un alto en sus responsabilidades diarias y se toma su pequeño o gran período de vacaciones.


Que si bien hubo un tiempo en el que decir vacaciones era sinónimo de playa y mar –y referencias tenemos muchas en nuestro litoral marítimo-; luego andando el tiempo, los destinos se fueron diversificando y ya no contaba sólo la reseña del lugar de playa –cuanto más renombrado mejor- cuando al regreso relatabas en tu círculo más cercano el destino elegido aquel año; adornando tu discurso con unas cuantas fotografías, y mostrando el moreno lustroso de tu cuerpo para cerrar la puesta en escena.
 

Y en este sentido, aún perduran en nuestra memoria esas imágenes de las principales carreteras que conducían hasta las poblaciones de la costa, atestadas de vehículos cargados de personas, maletas y útiles veraniegos varios, que incluso muchos de estos últimos debían transportarse en los famosos soportes o bacas de nuestros vehículos del ayer.
 

Pero hubo de pasar el tiempo para que, al día de hoy, las preferencias de las vacaciones hayan variado ostensiblemente; y ya no sólo no es de obligada presencia el agua del mar, la playa y la arena; sino que las apetencias de quienes realizan esta pausa en sus quehaceres habituales, se han diversificado, y de qué manera. 
 

Y ha aparecido el turismo rural o de interior, el turismo de montaña, el de aventura, las salidas a otros países, la estancia en la vieja casa del pueblo remozada y dotada de todas las comodidades.
 

O incluso las vacaciones repartidas entre uno y otro lugar; por ejemplo, entre playa y montaña. O entre viaje de aventuras en algún país exótico de allende los mares y días de relax en la casa del pueblo.  Un signo más de la libertad a la que estamos llamados.
 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 3/07/2019)
 

 

 

 

 

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