jueves, 19 de julio de 2018

Música, maestro



toda una gran nota musical en clave de Sol, amplia y extendida...



Estos días de verano –largos en su extensión y con ganas a buen seguro de hacer algo diferente-, con medio país de vacaciones y el otro medio esperando le den su turno para tomárselas también; pudiera decirse –entre otras muchas cosas más-, que nuestra provincia, tanto la capital como el resto de la misma, no vamos a decir que arde en fiestas –que también-, sino que semejara, así de pronto y por mor de la música, toda una gran nota musical en clave de Sol, amplia y extendida desde su norte hasta su sur, y desde su este a su oeste, ocupando toda la superficie disponible.

Y es que, en efecto, si bien se mira, consultando los diferentes programas de actividades culturales para este verano, editados principalmente tanto por la Diputación Provincial, como por el Ayuntamiento capitalino, se aprecia que, de manera predominante destacan los actos o acontecimientos con la música como protagonista; en sus diferentes opciones, estilos y formatos, pero acudiendo siempre a su interpretación en directo cara a un auditorio que la recibe expectante, sintiendo cada una de sus notas de principio a fin, y contando también con la magia que la misma es capaz de crear en el ambiente donde se produce.

Y en escenarios tan variados como pueden ser el patio del Palacio Provincial, la Plaza Mayor, la Plaza de San Francisco, el patio del Palacio Episcopal, la rinconada de San Miguel, entre otros espacios capitalinos.  Que si nos vamos a la provincia, los lugares y las poblaciones se diversifican, hasta cubrir los pueblos más importantes de nuestra jurisdicción provincial.  Y situados en ellos, en lugares como sus Plazas Mayores, los Centros Culturales, las iglesias y colegiatas que, si ya de por sí encierran una increíble riqueza de arte entre sus muros, con el añadido de la música el espíritu de la persona se sublima y vuela hacia mundos de exquisita sensibilidad.  Que si se trata de la música de órgano, es fácil adivinar la sonoridad de las notas alcanzando las más altas cumbres de espiritualidad.

Pero no acabamos ahí, porque para las noches de verano capitalinas y con la música también de fondo, nos queda el “ponte al fresco”.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 18/07/2018)
 
 

 

 

 

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