miércoles, 27 de enero de 2016

AL FINALIZAR ENERO


Paso a paso o, burla burlando, como aquél que dice, estamos ya finalizando casi el mes de enero -apenas a cuatro días vista de llevarlo a cabo-.  Un mes que, quizá por ser el primero del año y con la perspectiva en el horizonte de otros once largos meses más de calendario, le iniciábamos con una cierta desgana, lógica hasta cierto punto; a pesar de los buenos deseos que, entre todos y para todos, prácticamente sin excepción, nos dirigíamos en aquella mágica noche de final del año viejo.

Inicio que, bien es cierto, se desarrolló un tanto mitigado por los momentos inminentemente festivos de la Navidad que, en realidad, envolvían la mayoría de aquellos días del principio.  Ya que, cuando no era un motivo era otro y, si no, nos lo inventábamos; pues no en vano la alegría, la magia y la ilusión corrían a raudales por nuestras venas en aquellos primeros días del mes.

Circunstancia que cambió de pronto cuando las luces de colores que hicieron mucho más bellas y atractivas las noches pasadas, se apagaron definitivamente y al día siguiente "cada mochuelo hubo de volver presto a su olivo”, esto es, cada cual tuvo que regresar a sus quehaceres habituales.

Y fue ahí, seguramente, cuando cada uno se encontraría con la cruda realidad al revolver la primera esquina, y con la cuesta de enero en medio del camino; con el “lunes más triste” del año, y con la política del país haciendo aguas por los cuatro costados.

Y, por qué no también, con el abultado volumen de cosas que se dejaron pendientes de resolver hasta pasados los días de fiesta y que ahora reclaman su pronta resolución.

Y con el personal iniciando una y mil dietas a diario para volver a retomar, con no demasiadas esperanzas de éxito, también hay que decirlo, la figura escultural de algún tiempo atrás.

Pero en la otra parte de la balanza y como apoyo en su justa medida, hay que decir que nos encontramos también como ayuda con alguna que otra fiesta salpicando el calendario y haciendo más llevadero el día a día.   Y también con las amplias y generosas rebajas de invierno, que siempre animan el cotarro y ayudan lo suyo.

Total, que no resultó enero tan fiero como le pintaban los más tremendistas y catastrofistas del lugar.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 27/01/2016)
 
 

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