Ahora que
el otoño se está metiendo cada día más en nuestras vidas, pues no en vano
llevamos ya casi un mes desde su llegada, del transcurso de sus días no parece
deducirse que los mismos hayan pasado precisamente en calma por nuestros lares
y enmarcados en esa especie de melancolía que parece acompañarle siempre al
otoño. No sé lo que tendrían que decir
aquí nuestros poetas, habida cuenta de que parece ser que esta estación les
viene a inspirar bastante a la hora de enfrentarse a sus composiciones
poéticas.
Bien, el
caso es que durante los últimos días venimos asistiendo a una serie de
acontecimientos, relacionados con el capítulo de sucesos, que nos han venido
poniendo de actualidad más allá de nuestros propios límites provinciales.
Algunos
de ellos que pudieran resultar un poco el pan de cada día, aunque no por su
mayor cotidianeidad deban asumirse sin más, antes al contrario luchar porque no
se produzcan.
Y otros,
más graves y donde se han producido hasta daños físicos en las personas. Algo que ya resultan ser palabras mayores y
que resultan difíciles de tolerar.
Claro que
el capítulo de los fallecidos en accidentes –en carretera o por otras
circunstancias- en estos últimos días, se han visto también incrementados con
relación a otros meses.
O sea,
que los siempre entendidos placenteros días de otoño, en este año no parecen
haber sido tales; hasta ahora al menos.
Y los sobresaltos sobre estos particulares aconteceres han ido en
progresivo aumento.
Si luego,
a todo esto le unimos alguna otra circunstancia u ocurrencia, fuera de lo
habitual, de algún otro suceso más, como ha sido la formación de ese socavón en
una acera de la parte sur de la ciudad, o la caída de un árbol de proporciones
gigantescas en uno de los parques de más empaque de Palencia; eso sí, sin
afectación de ninguna persona que pasase por el lugar; el panorama del capítulo
de sucesos de la actualidad diaria, se ha visto engordado de manera clara.
Confiemos
en que la mala racha de estos últimos días haya finalizado, y el resto de días
del otoño transcurran plácidos e incluso rayando en la melancolía, como al
tiempo de otoño le corresponde.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 16/10/2024)
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