Ahora sí que sí, ahora llegó de verdad mayo para
quedarse entre nosotros. Que después de
tanto invocarlo, esté por fin entre nosotros, es un logro y una suerte.
Que venga florido y hermoso, como es su seña de
identidad, es nuestro deseo. Y que, por
encima de todo, no nos quiten ni un solo día del mismo, nuestra mayor
pretensión. Que queremos disfrutar de él
en toda la extensión de sus días.
Así que atento mayo, que no vamos a dejarte que se te
oculte ni un solo instante.
Claro que todo esto que así escrito, puede sonar muy
poético y hasta un tanto pueril si se quiere, va a entrar pronto en barrena, si
es que no ha entrado ya, y se va a convertir en adulto de la noche a la mañana,
y destilando frialdad e insensibilidad por todos sus poros, por mor de la
próxima cita electoral del 28 de mayo.
Donde aquí ya no caben flores que recoger para
lanzárselas al adversario político a su paso por nuestra puerta, sino todo lo
contrario, tratando de quitarle un puñado de votos aquí, otro puñado allá, y a
preparar el día “D” y la hora “H” para proclamar a los cuatro vientos que
nuestra candidatura ha sido la más votada y la que se pondrá al frente de las
decisiones municipales para los próximos cuatro años.
Mas el campo a nuestro alrededor seguirá, porque así
es su designio, florido y hermoso aunque no lo queramos ver, empeñados de día y
de noche en las pugnas electorales como estaremos.
Y como no todo va a ser, empero, confrontación diaria
y constante entre vecinos y congéneres, haremos entretanto alguna pausa de
algún fin de semana para, eso sí, volviendo la mirada a las flores y a nuestros
campos floridos y hermosos, celebrar con los nuestros y los invitados de
postín, la Comunión de alguno de los más pequeños de la familia, que es mayo y es
su momento.
Pero pasada esta, el día laborable inmediatamente
siguiente regreso de nuevo a la contienda electoral, sin solución de
continuidad, hasta la gran cita electoral del 28-M, donde puede que,
aprovechando el día de reflexión anterior, nos demos una vuelta por el campo y
comprobemos que él, por su parte, sigue florido y hermoso.
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