miércoles, 8 de mayo de 2019

Una ciudad de verso

 
 




Palencia es, ahí donde la ven y también la sienten cada día, una ciudad de verso...





Basta con darse una vuelta con ojos observadores por el perímetro central de la ciudad, para percatarse de que ésta, Palencia, nuestra Palencia es algo más que bloques de pisos con diferentes locales comerciales en sus bajos, formando un espeso conglomerado de edificios en torno a una serie de calles diseñadas por sesudos urbanistas, por donde circulan a diario coches y peatones.

En efecto, porque Palencia es, ahí donde la ven y también la sienten cada día, una ciudad de verso –sí, ese género literario donde las palabras se miden y se hacen rimar entre sí-; o más en concreto, “Una manzana para comérsela a versos”, como tan oportunamente han ideado desde la Asociación Amigos de la Caneja, impulsando un bello proyecto consistente en la colocación de placas adheridas a diferentes elementos arquitectónicos de la ciudad o en el propio pavimento, que recogen fragmentos de poemas escritos por poetas palentinos que fueron de aquí o que aún lo son, y que escribieron o todavía lo hacen poniendo en una mano su pluma y en la otra su amor a Palencia.

De tal suerte, que uno puede pasear por una de estas calles, puede que un tanto cabizbajo, meditando tal vez sobre sus problemas del momento, y de pronto, eleva la vista hacia un edificio que le sale al encuentro en el mismo frente, y se topa con un cartel adherido a su fachada donde, unas palabras escritas en forma de versos cargados de emoción y sentimiento, y leídas con paciente atención, le incitan a reflexionar, propiciando que, tal vez a partir de entonces, sea capaz de mirar su situación personal desde otra perspectiva.

Y quién sabe si también se conviertan, en un momento dado, en fuente de inspiración cara al amor y al mundo que le rodea, para esa pareja de enamorados que, sentados en una de estas plazas donde se han adherido estos paneles, alzan la vista y se encuentran con que en la fachada que tienen de frente, aparecen impresos unos versos que les reclaman su atención con tanta fuerza que vuelven a leerlos por segunda y hasta por tercera vez, mientras se dan cuenta que, sin haberlo previsto, ambos han comenzado a garabatear algunas palabras de manera apresurada sobre un trozo de papel…
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 08/05/2019)
 
   

  

 

 

 

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