Imagen (Cadena SER)
“no hay mal que por bien no venga”, y aquí parece haberse cumplido con una cierta contundencia,
Quién nos iba a decir a nosotros, avezados y curtidos
ciudadanos en mil lides, que la sequía que en estos momentos padecemos y que
está dejando nuestros pantanos provinciales bajo mínimos (la última información
habla de que estamos al 10% de nuestras reservas), iba a traer a la par un
hecho positivo añadido en lo tocante a la conservación de nuestro patrimonio
artístico y cultural.
Y es que el estiaje tan acusado que ha sufrido el
pantano de Aguilar de Campoo, ha dejado al descubierto, entre otros, los restos de la iglesia de la
localidad de Cenera de Zalima, que el pantano sepultara bajo sus aguas allá por
los años 60. Y entre ellos, algunos
capiteles románicos, basamentos y columnas de la misma de un importante valor
arquitectónico.
Valioso patrimonio histórico que la situación actual
del embalse ha sacado a flote inopinadamente, siendo muchos los curiosos que se
acercan estos días para observarlo en el propio lugar y, en ocasiones, realizar
alguna acción más que no es de desear.
Lo que ahora, en estos días, se está tratando de
evitar a toda costa, con la recuperación oficial que se está haciendo de estos
elementos; rescatándolos así de los fondos y poniéndolos a buen recaudo.
Tratándose de evitar con ello el que siga deteriorándose este patrimonio por la
acción del agua embalsada, o siendo objeto de expolio por los particulares en
los momentos de estiaje como éste.
Dice un refrán popular que “no hay mal que por bien no
venga”, y aquí parece haberse cumplido con una cierta contundencia, cuando un
hecho negativo ha producido de refilón una acción positiva.
Claro, ante esta noticia en estos días, la pregunta
surge por sí sola: ¿Por qué no se hizo antes, en su día, la recuperación de
estos elementos?. Quizás las prisas, la falta de recursos económicos…,
lo impidieron; porque no cabría pensar que fuese la desidia o el desinterés por
conservar nuestro patrimonio artístico que, evidentemente, no sería de recibo.
Pero también, quizás como consuelo, cabría decir aquello
de que “nunca es tarde si la dicha es buena” o que “más vale tarde que nunca”.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 15/11/2017)
Buen artículo!!!
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