Es verano y hace calor por aquí y por allá.
Una “jartá” de calor, en según qué lugares, que dirían por el Sur; o
calor para dar y tomar, que también se dice en otros lugares. De entrada, una
verdad como un templo, que diría un castizo de por estas tierras; o también,
una verdad de Perogrullo, que se diría en plan más finolis.
Pero no es menos cierto que el tiempo en estas fechas, y el calor en
concreto -que es lo que se lleva en estos días-, resulta ser muchas veces un
tema socorrido que se cuela en casi todas las conversaciones en multitud de
momentos. Incluso los informativos de televisión y radio acuden a él ocupando
algunos de sus minutos con claras referencias hacia él, cuando quizá les falten
temas en el día para rellenar los tiempos a la información dedicados.
Es verano y hace calor; en unos lugares más que en otros, evidentemente.
Pero calor a fin de cuentas, con un sol de justicia que agosta los campos,
dispuestos ya para la cosecha; y no digamos ya los secarrales y montes de la
periferia, donde muchos de ellos pueden llegar a arder como una tea con apenas
una pequeña ayuda del exterior sobrevenida de una forma casual o por una acción
inapropiada de la mano del hombre.
Es verano y hace calor; lo que provoca, gratamente, que todas nuestras
playas y litorales costeros se encuentren repletos –a tope incluso- de
turistas, tanto nacionales como extranjeros, que nos dejan en todos estos
lugares unos muy buenos dineros. Ayudando de esta manera a mejorar nuestra balanza
de pagos y nuestro producto interior bruto, bastante negativa en nuestra contra
la primera, y un tanto mermado el segundo, en estos últimos años, como todos
sabemos.
Es verano y hace calor; también en Palencia, claro está. Pero quizá por ello, resulta gratificante que
cada día, al caer la tarde y cuando el astro rey ya ha perdido su fuerza, la
ciudad se convierta en una especie de remanso de paz y tranquilidad, abierta al
paseo sosegado y a la charla entre amigos en el marco de cualquiera de las terrazas
con las que uno puede encontrarse a pie de calle en ese caminar por la ciudad,
aprovechando esa bonanza climática que el tiempo de verano propicia.
Y todo ello, porque es verano y hace calor por aquí
y por allá, aunque bien sabemos que en unos lugares mucho más que en otros. Lo que está
muy bien porque, en otro caso, sería todo muy aburrido...
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 20/08/2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario