lunes, 19 de agosto de 2013

Mostrando oficios


Existe en el que pudiéramos llamar cancionero infantil moderno, una canción, alegre y desinhibida donde las haya que, aunque tiene unos añitos ya, la chiquillería de cada nueva generación se conoce a las mil maravillas y tararea y baila a su son cada vez que se da la ocasión; y que no es otra que el famoso tema musical de Teresa Rabal “La canción de los oficios”.

Donde la voz dulce y melodiosa de Teresa, acompañada de fondo por un coro de niños de suaves y aterciopeladas voces que inspiran alegría y contento, van desgranando el nombre de una serie de profesiones y oficios de nuestra vida pasada y presente, tales como: carpintero, peluquero, barrendero, camionero, costurera, planchadora…, que los más pequeños tararean sin parar una y otra vez.

Bien, pues salvando las lógicas distancias y con esa misma temática de los oficios, en este caso predominando los que pudiéramos llamar del ayer sobre los del hoy, se lleva a cabo estos días en nuestra capital una exposición fotográfica que recrea estas profesiones de nuestra tierra palentina, algunas de ellas ya desaparecidas por exigencias del paso del tiempo y de la evolución de la sociedad, y que nos proporciona una visión totalmente realista de ese mundo de los oficios del pasado a la luz del presente.

Y claro, resultará curiosa para las generaciones actuales la visión de algunas de estas fotografías que reflejan antiguas profesiones ejercidas por personas de otras épocas con una vestimenta y unos útiles de trabajo bien distintos a los que hoy en día pueden verse, pero que resultan representativas al cien por cien de un momento y una situación concreta de la sociedad.

Que profesiones y oficios del pasado en número elevado han desaparecido en nuestros días por mor de la modernidad experimentada por la colectividad de los humanos, es innegable.  Pero no lo han hecho instantáneamente, sino que poco a poco han ido dando paso, incluso con su correspondiente esfuerzo, a adaptaciones de su original para terminar convertidas en otras de factura más moderna por exigencias del momento.
Y es entonces cuando exposiciones de este tipo cobran una doble dimensión, ya que por una parte hacen rememorar a las generaciones del pasado unos momentos de su ayer en el que a buen seguro  fueron felices con lo que tenían y, por otra, pueden recordar a los más jóvenes que lo que hoy tienen, se lo deben en buena medida a sus antepasados; ley de vida mostrada aquí en estilo puro.

(Publicado en el periódico "Diario Palentino" el 07/08/2013)

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