Es
difícil imaginar una sociedad que no prospera, que no continúa su razón de ser,
que no prolonga su desarrollo, que no prosigue su vida porque en el orden
lógico de la continuidad y la sustitución de los papeles de responsabilidad en
los engranajes de la propia marcha hacia adelante, no hay personas que quieran
ponerse al frente y continuar sacando aquello adelante.
Se diría
entonces que estaríamos ante una falta o carencia de relevo generacional en
toda regla, que impediría que aquella sociedad continuase desarrollándose.
Parece
increíble que esto pudiera producirse en nuestros días cuando, de otro lado,
vemos cómo el Estado está protegiendo económicamente cada día a un elevado
número de personas sin puesto de trabajo que, de estar trabajando, les pudiese
permitir su sustento diario. Algo hay aquí donde parece que no opera la
lógica.
Pero la
realidad de cada día es que en nuestra sociedad faltan camareros para atender
los negocios de hostelería; faltan conductores que echen a andar los camiones
que llevan las mercancías a pie de mercado; faltan conductores de autobús que
pongan en marcha estos vehículos para transportar a las gentes de aquí para
allá; faltan médicos y faltan enfermeras que nos atiendan en las enfermedades;
faltan personas que cuiden a nuestros mayores –que lo dieron todo por nosotros-
cuando estos ya no puedan valerse por sí mismos; y, en general, faltan
profesionales en muchos sectores de la sociedad que sigan adelante con el
negocio familiar.
Y no será
porque nuestra sociedad no ofrezca oportunidades a nuestros jóvenes para que a
una cierta edad se decanten por la profesión que les gustaría desarrollar en la
vida, facilitándoles a tal efecto la formación suficiente en la materia de que
se trate.
Así las cosas,
es claro que algo habrá que hacer si es que queremos que esta sociedad nuestra
siga progresando con un cierto grado de bienestar para las personas que la
componemos.
Desde
luego que es un tema que nos debe comenzar a preocupar, esta falta de relevo generacional
que se viene observando en muchos de los sectores de nuestra sociedad. Y cada vez en mayor número.

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