Foto (Internet)
Escribía, con verdadero placer y completa satisfacción, hace algún tiempo
en esta misma columna del periódico, sobre el encanto tan especial que yo
quería encontrarle a la conocida como Plaza de San Pablo y sus entornos; entre
otras cosas, porque en ella se conjuga de manera perfecta lo antiguo con lo
moderno, y porque goza de un ambiente de extraordinaria familiaridad, sobre
todo al caer la tarde.
Pues bien, como atravieso por ella con alguna regularidad, y la observación
de la misma en el marco que la envuelve, junto al ambiente allí reinante,
poniéndole vista y oído, da para alguna que otra inspiración más, susceptible a
continuación de verse plasmada en el papel, hoy quiero referirme de nuevo a
esta Plaza, pero ahora como singular entorno musical, que le proporciona al
lugar una alegría y una plasticidad especiales.
Y es que, no en vano, en uno de los laterales de la misma se encuentra
enclavado el Conservatorio de Música de Palencia, donde cada día, en ensayos y
audiciones mil, se escucha el sonido de muy diversos instrumentos casi sin
parar; aunque su eco no trascienda al exterior y se queden en la intimidad de
las aulas, a la espera, eso sí, de poder protagonizar algún día el oportuno
concierto cara a un gran auditorio.
Pero no tenemos que desplazarnos más que unos pocos metros para que en el
edificio contiguo, sede de una de las Cofradías de la Semana Santa palentina,
los ensayos de la Banda de cornetas y tambores titular de la Hermandad, en su
patio central, hacen que toda la Plaza adquiera un cierto tono musical, que por
momentos parece querer entremezclarse con el murmullo que propician los grupos
de chavales que juegan y corretean en medio de la explanada.
En tanto que, a los de mayor edad allí presentes, les pueda traer de pronto
el recuerdo de la Semana Santa y de los Pasos que por allí procesionan entre el
fervor de las gentes y el sonido continuo de las Bandas de música y el toque a
ratos del “tararú”, que prolonga sus notas un buen puñado de segundos;
encontrando el cuadro musical su reflejo en la cercana escultura a él alusiva,
de una de sus esquinas.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 2/11/2016)
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