aquí estamos una vez más frente a un año que finalizará en cuestión de horas el cómputo de sus días...
La pátina del tiempo dejó posar un año más
su huella silenciosa sobre nuestras vidas, y como si de un simple plumazo se
tratase, vimos correr por delante de nosotros los retazos más relevantes, a la
par que más importantes, de nuestro acontecer diario en el último año.
Sin embargo, parece que fue ayer cuando,
despidiendo el año anterior, en su última noche, brindábamos por el nuevo con
todas nuestras fuerzas, deseando paz y ventura para cada uno de los días de
éste que ahora está finalizando.
Y es justo ahora que éste está a punto de
poner fin a sus días –acuciado por unos y por otros, pudiera decirse, si no
supiésemos que el calendario lo marca así-, cuando el tiempo nos está asignado
a nosotros para poder valorar lo que hicimos o no hicimos, o tal vez no nos fue
permitido hacer.
Sería, pues, el balance que, a retazos de
la vida, haríamos de los momentos vividos a lo largo de los últimos trescientos
sesenta y cinco días, relacionándolos con las propuestas o metas que nos
pusimos en su inicio, descontando o restando –figuradamente- los inconvenientes
que surgieron. Posiblemente, de algunos
estuvo fuera de nuestro alcance el poder solucionarlos; otros, que quizá no
supimos ejecutar acertadamente, y unos finales que no logramos alcanzar por
motivos mil.
El caso es que aquí estamos una vez más
frente a un año que finalizará en cuestión de horas el cómputo de sus días y
que, de entrada, nos ha hecho a todos –reconozcámoslo sin ambages- un poco más
mayores. Eso sí, llenándonos a la par de
una mayor grado de experiencia; y quiero pensar que también de sabiduría.
Desde luego que las cosas no han sido
fáciles, miremos al lado de nuestro alrededor que miremos; ni el paso de los
días las ha podido solucionar. Antes al
contrario, el tiempo las ha ido emborronando y complicando mucho más, hasta el
punto de hacerlas insufribles por momentos.
Y sólo el perseverar con la palabra en la ofensiva para intentar
solucionarlas, ha dado algunos frutos que pudieran recogerse ya en el nuevo
año.
De todos modos, como lo cortés no quita lo
valiente, vaya también hoy mi deseo de positividad: ¡Feliz Año 2018!.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 27/12/2017)