Foto (Cadena SER)
Menos mal que, en el fondo, siempre quedarán las palabras y lo que uno siente al leerlas.
Está visto y demostrado que
uno no puede confiarse en exceso a las previsiones meteorológicas cuando son a
varios días vista; incluso aunque en esos momentos se estén produciendo los
fenómenos más adversos y nos anuncien que han llegado con vocación de
permanencia para una larga temporada. Y
ello, a pesar de que en el momento sea la actualidad misma, y anuncien los
entendidos en la materia que aquello tiene visión de futuro para unas cuantas fechas
más.
Porque si uno, entonces, se
lía la manta a la cabeza y, sugestionado por ello, comienza a hablar o a
escribir, cara a los próximos días, sobre la que será la noticia de impacto y
sus secuelas colaterales; cabe la posibilidad de que, en una de estas, un
viento no previsto irrumpa de pronto con suficiente contundencia en el panorama
meteorológico y lleve al traste con la previsión anunciada. Menos mal que, en el fondo, siempre quedarán
las palabras y lo que uno siente al leerlas.
Lo cual nos puede llevar a
pensar que, por mucho que se argumente, “todo es relativo dentro del sistema en
el que ocurre”, que ya dijera Einstein.
De todas formas, como
estamos aún atrapados –mal que nos pese-, bajo las redes del invierno, a la
vuelta de la esquina se podrá comprobar que, por muy bueno que el tiempo se
muestre en algunos momentos, a las primeras de cambio las tornas se volverán en
contra y el acierto en el pronóstico –ahora sí-, será prácticamente total; sólo
será cuestión de esperar algunos días. Porque de sobra conocemos sobre la
volatilidad de las nubes y de los vientos que van y vienen, arrastrando a
aquellas de acá para allá.
Pues bien, a pesar de esa
realidad tan patente que nos envuelve todavía en el día a día, nuestras
miradas, unidas a nuestras palabras y a nuestras apetencias más inmediatas, van
dirigidas en una dirección muy concreta, que nos sitúa camino de la primavera,
en sus diversas manifestaciones a ojos vista.
Porque, aunque sabemos que aún le quedan días a este invierno, muy
pronto comenzarán a aparecer a nuestro alrededor los primeros signos identitarios
de que algo está cambiando en el panorama.
Y eso nos agradará sobremanera.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 28/02/2018)