Mientras vemos cada mañana cuando nos asomamos a la
ventana cómo avanza el otoño día a día a nuestro alrededor, y hasta
planificamos para las horas siguientes un paseo por el parque del barrio para
empaparnos aún más del mismo aprovechando a la par los últimos rayos de sol,
las noticias con las que nos desayunamos cada día no nos dan tregua a
reponernos, pues si un día resultan ser malas de necesidad, al otro surgen
otras que superan en negatividad a las anteriores.
Y así cada nuevo día que se nos presenta por delante,
y tan sólo con abrir el periódico, encender el móvil o enchufar la radio o la
televisión. Que si nos detenemos un rato
más y profundizamos en los primeros titulares de las noticias, la situación es
ya para echarse a temblar.
Porque cuando no son los tristes episodios de la
guerra de Ucrania, con los indiscriminados ataques a la población civil de
varias regiones del país, son las nefastas consecuencias económicas de la gran
crisis que esta guerra está reportando al mundo; o es el desorbitado
encarecimiento de los productos ordinarios de la cesta de la compra diaria; o
lo es la subida hasta límites insospechados de la luz, el gas y los
combustibles; o es, incluso, la crisis política cuasi general que parece invadirnos
y que hace que no exista unanimidad en las formaciones políticas a la hora de
arrimar el hombro para solventar esta situación que atravesamos.
De ahí que los gobiernos de los diferentes países
estén echando cuentas casi permanentemente y tratando de atacar la crisis con
medidas que intentan lleguen a todos los sectores de la población y
circunstancias diferentes de la producción.
Y es que saben, y sabemos todos nosotros también, que
se aproxima un invierno que resultará duro en lo climatológico dentro de los
hogares, porque con el encarecimiento del gas a consecuencia de la guerra habrá
muchos hogares que no puedan asumir la factura de la calefacción o tengan que
reducirla al máximo.
Así que la preocupación y el descontento de las gentes
serán evidentes. Pero, además,
propiciará que el número de personas que necesiten ayuda económica para
subsistir vaya en aumento progresivo.