Así que apaga y vámonos y alejémonos: ¡Feliz Año Nuevo!.
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Acaba diciembre y acaba también el año, lo que es un momento propicio siempre para hacer balances de todo tipo. Pero en esta ocasión, a la vista de cómo ha transcurrido este 2020, no sé qué balance podríamos hacer, contando de base con la negatividad total de la que ha hecho gala el susodicho. Que si intentásemos buscarlo peor, seguro que no lo íbamos a encontrar en unos cuantos años a la redonda. Porque ha sido el más nefasto que imaginar nadie podía cuando éste comenzaba allá a primeros de enero y todos a una nos deseábamos un feliz y próspero año.
¡Vaya con
el 2020!, se ha lucido; que peor no lo podía haber hecho. Le ha salido todo redondo, como sus cifras,
rematadamente mal, dejando tristeza y desolación a su paso, jornada tras
jornada casi, y sin que al final de sus días el tema de la pandemia –que ha
sido esa espada de Damocles que hemos tenido siempre sobre nuestras cabezas-,
se haya resuelto definitivamente; antes al contrario, siguen apareciendo brotes
del virus por doquier.
Si bien,
en estas últimas fechas pareciera estar comenzándose a ver la luz al final del
túnel con la llegada ya de las vacunas contra el virus y su suministro general
a la población por etapas.
Así es,
aunque deban de pasar todavía unos cuantos meses más –los más entendidos hablan
del próximo verano-, para que la población en general esté inmunizada y el
virus no produzca efectos perniciosos en las personas. Para allá vamos, pues.
Y para
finalizar mi crónica de hoy, última de este nefasto año que todos
ambicionaríamos poder borrar de un plumazo, quisiera pedir con todas mis
fuerzas que el próximo nos resulte a todos próspero y feliz de todas
todas. Pero tal y como ha transcurrido
este 2020, y cuando esto mismo decíamos
allá por diciembre de 2019, quizás lo mejor sería pararse y pensar que, a poco
que se esmere este próximo 2021, lo va a tener muy fácil para ser infinitamente
mejor que éste que ahora finaliza, que ha sido malo entre los malos, el
peor. Así que apaga y vámonos y
alejémonos cuanto antes de su influencia.
Aunque no
me resista a desearles un ¡Feliz Año
Nuevo!.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 30/12/2020)