miércoles, 31 de mayo de 2017

De feria, aunque chica

 
 
...pensemos que “siempre nos quedará París”, digo, San Antolín y su semana grande.
 

Dicen que “la buena esencia se vende en frasco pequeño”. Y los palentinos sabemos algo de eso, aplicándolo en concreto en estas fechas próximas a la celebración de nuestra Feria de Pentecostés, la popular y tradicional “Feria Chica”, como más comúnmente se la conoce por estas sendas capitalinas.
 
Y es que ocurre que en tres días –un fin de semana-, que son los que dura la feria, se quieren acoplar muchos eventos y, claro, hay que seleccionar para colocar los mejores o los más populares, dentro de las posibilidades.  Teniendo en cuenta también los “dineros” presupuestarios y que a la vuelta de tres meses, prácticamente, estaremos metidos de lleno en los actos de nuestra “feria grande”, la de San Antolín.
 
Aún así, si el tiempo acompaña, son muchas las gentes a las que arrastran las diferentes actividades al efecto programadas; viéndose especialmente concurrida la Calle Mayor y sus alrededores donde, en el último tramo de aquella, es ya tradicional que se asienten los diferentes stands que acogen la Feria de Cerámica, que le proporciona al entorno un ambiente colorista y muy animado.
 
Es esta feria, una preparación, un adelanto, un pequeño entrenamiento, si se quiere, de la que, a gran escala y echando toda la carne en el asador, disfrutaremos en los últimos días de agosto y primeros de septiembre. Y donde, hablando en lenguaje popular, “tiraremos” la casa por la ventana, si nos dan tiempo y ocasión.
 
Pero no por ello vamos a dejar de participar y disfrutar ahora de estos tres días de fiesta –que puede que para según qué actividades se extienda a un cuarto-, que se nos ponen por delante a los palentinos al iniciar el mes de junio; con el propósito cierto de olvidar los problemas y contrariedades del día a día, y salir a las calles para atestarlas de grandes dosis de alegría, sonrisas y diversión por doquier, en medio del colorido tan especial que la fiesta es capaz de proporcionar.
 
Y si al final, sentimos que estos días se nos quedaron cortos, pensemos que “siempre nos quedará París”, digo, San Antolín y su semana grande.
 
 (Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 31/05/2017)


 

 


miércoles, 24 de mayo de 2017

Remembranza primaveral

Foto (Internet)


Claro que no sabíamos a ciencia cierta si aquellos campos, para nosotros con un colorido espectacular, iban a cubrir las expectativas...
 


Cuando los días se nos mostraban cargados de luz por antonomasia, y cuando el tiempo primaveral, con sus grandes bonanzas en cuanto a la generosidad de las temperaturas, tendía a expandirse con marcada generosidad y a ir calentando nuestros cuerpos y el ambiente en general, era cuando, un día al azar, la maestra nos anunciaba que al día siguiente por la tarde iríamos de excursión hasta el molino, a no demasiada distancia del pueblo y junto al río que sigue cada día bañando sus tierras.
 

Para nosotros, como aspirantes a iniciarnos apenas en la más primaria de las adolescencias, suponía una pequeña aventura que nos llenaba de satisfacción y acogíamos con inmensa alegría, por lo que suponían unas horas en el campo en pleno contacto con la naturaleza; y donde podíamos experimentar sobre el propio terreno algo de lo explicado en clase por nuestra maestra.
 

Los sembrados, en general, lucían su vistosidad a nuestros pies, ofreciéndonos su mejor colorido. Y los cultivos reverdecían por doquier, con las espigas ya formadas unidas a un largo tallo que brotaba de la tierra y que había adquirido una cierta altura con respecto al suelo –las últimas lluvias caídas tras las pertinentes rogativas con el santo, habían obrado su especial milagro-. Claro que no sabíamos a ciencia cierta si aquellos campos, para nosotros con un colorido espectacular, iban a cubrir las expectativas y proporcionar una buena cosecha llegado el momento de su recogida.
 
 

En tanto que a nuestro alrededor, los pájaros del campo con los que nos cruzábamos a cada paso, se afanarían –según nos apuntaba nuestra maestra- en sacar adelante sus polluelos recién nacidos, escondidos a buen recaudo en sus nidos, entre los hierbajos y zarzas del camino, por el que nos dirigíamos hasta las inmediaciones del molino. Quizás al día siguiente, tras salir de la escuela, alguna hora de la tarde la emplearíamos en intentar buscar entre los matorrales del camino alguno de estos nidos para seguir con cuidado a partir de entonces el crecimiento de esos polluelos.
 

Entre unas cosas y otras, la tarde había pasado tan rápidamente que debíamos emprender ya el camino de vuelta al pueblo, llevando en la mente la imagen fija de unos campos de un llamativo colorido, rodeando el caserío del pueblo, con la torre de su iglesia destacando en medio, y donde revoloteaban un buen número de pájaros al vencer el día.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 24/05/2017)
 
 
 
 
 
 

 
 

miércoles, 17 de mayo de 2017

Campos agradecidos

Foto (Internet)
 
 
Aunque, con estas últimas lluvias, pareciera que ya nuestros campos han tomado otro color más alegre y prometedor en prueba de agradecimiento...

 
Aunque otros años, por estas fechas, nuestros campos de por estos alrededores y de otros entornos más lejanos, andaban en flor total –como dijera aquel poeta anónimo que escribiera aquel bello romance del “Prisionero” que tanto hemos recitado: “Que por mayo era, por mayo/cuando hace la calor/cuando los trigos encañan/y están los campos en flor…”;  en este de gracia de 2017 vemos que de lo hablado nada o muy poco, y según y dónde.  
 
Porque, con el diagnóstico que se hizo días atrás, nuestros campos andaban casi todos sedientos y, además, sin posibilidad de recibir el líquido elemento en forma de riego artificial más que en pequeñas dosis.  Salvo que de pronto las nubes se abriesen en generoso dispendio y estuviesen durante unos días descargando de manera continuada agua a modo de bien.
 
Y digo estaban, porque algo de lo previsto y deseado con todas las ganas, ya se ha producido estos últimos días a modo de tormentas lugareñas de una cierta contundencia, o chaparradas ocasionales y un tanto prolongadas en según qué zonas y lugares, aunque no uniformemente repartidas y continuadas en las horas y los días, al parecer.
 
Y es que, incluso así, los campos que ahora mismo, a la altura del año en la que estamos, no apunten maneras significativas, será señal bastante cierta de que haya que darlos por perdidos en un buen tanto por ciento o en toda su totalidad, según zonas y comarcas de la provincia; como no cejan de expresarlo una y otra vez nuestros agricultores, que son los que están a pie de campo y conocen del tema de primera mano. Aunque, con estas últimas lluvias, pareciera que ya nuestros campos han tomado otro color más alegre y prometedor en prueba de agradecimiento.
 
Otros años, por estas fechas en torno a San Isidro Labrador, se pedía incluso que no lloviese ya más, que escampase sin más, no sólo para permitir el desarrollo de la fiesta en la calle con la acostumbrada brillantez; sino también porque ya había agua suficiente para los sembrados y el campo en general; y también para las ciudades y sus gentes. Y que a continuación, comenzase a hacer sol y un viento suave que hiciese ondear los sembrados cual olas en un mar de tierra adentro, de bella contemplación.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 17/05/2017)
 
 


miércoles, 10 de mayo de 2017

Poemas pintados y borrados

 
Foto (Internet)
 
 
  
La buena noticia es que, en breve, estos poemas van a ser restituidos. 


Habíamos convenido en que el centro de la ciudad era conveniente reconvertirlo y ganarlo para los paseantes, revitalizarlo en lo posible, darlo ese ambiente festivo que incitase a las gentes a pasear por él y sentirse felices. Y así, ante la evidencia de que esta zona urbana se había convertido en un espacio un tanto anodino y repetitivo, se estaba buscando darle otra dimensión acorde con el valor ancestral que le asiste.
 
Se puso el pueblo a pensar y, desde el círculo de la intelectualidad, surgió la idea de que la poesía, tratada en su esencia y adaptados algunos versos al motivo pretendido, podía echarnos una mano haciendo que las buenas gentes de Palencia se imbuyesen de ese espíritu y surgiesen mil y una propuestas más capaces de dinamizar la ciudad.
 
La idea fraguó y se comenzó con pintar sobre el pavimento de algunas de estas calles céntricas de la ciudad, con letras de molde, algunos micropoemas representativos al caso y que indujesen a pensar.  Ahí estaba la idea a pie de calle y al pie de la letra...
 
 
Bien, pues pasados que fueron cinco días, resultó que los poemas pintados sobre el pavimento ya no estaban, los versos se habían volatilizado como por arte de magia y sobre el pavimento ni rastro de la pintura.  ¿Quizás las palabras allí escritas se impregnaron tanto en el espíritu de los paseantes, que terminaron por absorberlas una a una para instalarse en sus cerebros?, pensaba la intelectualidad que tuvo la idea, que andaba ya en contactos con el periodista Iker Jiménez por aquello del fenómeno paranormal.
 
Pero no, el entuerto pronto se enderezó: Los poemas habían sido borrados por el servicio municipal de limpieza, cumpliendo órdenes del propio ayuntamiento capitalino, al confundirlos con unas pintadas al uso y derivadas de alguna gamberrada nocturna.    
 
Que es lo que decían algunos paseantes, ¿es que no hay pintadas mucho más molestas en sí, que sí proceden del vandalismo y no se aplica su borrado con tanta diligencia?. La buena noticia es que, en breve, estos poemas van a ser restituidos.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 10/05/2017)
 
 
 
 
 
 
 
 



 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 




miércoles, 3 de mayo de 2017

EL ERMITAÑO DE VALDESALCE

 
Ermita de Valdesalce (Internet)
 
 
 
...ya se adivina que alguien debe cuidar todo aquello, dadas las magníficas condiciones en las que se encuentra, asimilándose a un verdadero vergel...
 
Ahora que acabamos de dejar atrás la festividad de San Marcos –este 25 de abril- que, además de tener una bonita Romería en la capital, ese mismo día la localidad de Torquemada acogía en su ermita de “Valdesalce” y sus esplendorosos entornos una Romería igualmente tradicional y bajo la advocación de este mismo santo, con reparto en mano de “pan y quesillo” incluido (al igual que en la capital ocurriera este último domingo de abril por la festividad de Santo Toribio, aunque aquí bajo “pedrea”), ahora pasados ya estos eventos y arropado por la calma apacible de las palabras, quiero hablarles en esta crónica de hoy de la figura del “ermitaño”.
 
Pero de un ermitaño en concreto, que tuve la oportunidad de conocer días antes de esta celebración de San Marcos.  Se trata de Julio, el ermitaño que cuida con un extraordinario mimo la ermita de Valdesalce, donde se venera la Virgen del mismo nombre, muy querida por los habitantes de Torquemada y su amplia comarca cerrateña.
Nada más acercarse uno hasta la ermita –situada en pleno campo a unos pocos kilómetros de Torquemada y a la que se llega por una carretera rectilínea que atraviesa campos de cultivo-, ya adivina que alguien debe cuidar todo aquello, dadas las magníficas condiciones en las que se encuentra, asimilándose a un verdadero vergel en medio del campo casi yerto por la acción del sol y las escasas precipitaciones.
 
Y es que Julio, lo mismo tiene en perfecto orden y estado de revista el camarín de la Virgen y el interior del Santuario (porque me dice, más que ermita este templo es un verdadero Santuario, que quedó en pie al desaparecer un primitivo poblado asentado en sus alrededores); corta el césped y limpia las malas hierbas y riega la amplia campa junto a la ermita; que ejecuta con sus manos pequeñas obras de conservación de los exteriores y del propio templo en la escalera de acceso al coro y estancias superiores, ahora en reconstrucción –de las que me cuenta historias increíbles del pasado-; que también pone en orden y clasifica para lo que pudiera ser un futuro museo, cuadros, libros, exvotos, útiles del pasado…
 
 
Me cuenta unos cuantos secretos que la ermita esconde –como el de hacia dónde mira la Virgen-, me pasea por unas cuantas estancias y me habla de cómo con placas solares que cargan unas baterías gigantes, es capaz de proporcionar al lugar la energía suficiente. Y yo le prometo volver otro día.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 03/05/2017)