Y aquí, que cada uno recuerde cuál fue su mejor año a este respecto, donde pudo sacarle todo el jugo a las fiestas y gozó con ellas...
Pues
miren ustedes, tal y como están las cosas no sé qué se podría contar aquí en
este día y en esta semana, que es la previa a la de las grandes celebraciones
navideñas al uso, al menos en teoría eso de las grandes celebraciones; porque
visto cómo está el panorama por ahí fuera este año llegando a estas fechas, no
es que se advierta a pie de calle y entre el respetable demasiada alegría y
ganas de embarcarse en grandes ceremonias ni conmemoraciones mayestáticas a
este respecto; antes al contrario, se prefiere el refugio al calor de la
familia y en pequeños grupos.
Y si las
hubiese –las alegrías-, en muchos casos caen por su escaso peso y vienen a
menos al verse rescindidas o reducidas a la mínima expresión habida cuenta de las
restricciones que la pandemia que estamos sufriendo viene marcando en el
panorama general a todos los niveles.
Aun así,
la gente viajará de aquí para allá y viceversa, para reunirse con sus
familiares durante los días más señalados de esta Navidad, aunque lo hagan en
mucho menor número que en una situación de completa libertad de
movimientos. Y aquí, que cada uno
recuerde cuál fue su mejor año a este respecto, donde pudo sacarle todo el jugo
a las fiestas y gozó con ellas.
Porque en situaciones así es cuando uno aprecia
verdaderamente todo lo bueno que tenía.
Que llegadas estas fechas podía moverse con total libertad de acá para
allá, que al reencontrarse con el amigo o el familiar por el cual se
desplazaba, podía besarle o abrazarle sin ningún tipo de restricción
sanitaria. Que a continuación, podían
acudir juntos hasta el bar de la esquina a celebrar el reencuentro, uniéndose
al evento otros grupos de familiares o amigos, brindando todos juntos por el
momento y por un futuro próspero y de mayor progreso; no dudando en acompañar
el reencuentro con encendidos cantos ensalzando la amistad donde todos unían
sus voces. Que visto todo aquello con
los ojos de ahora, era un auténtico lujo el poder reunirse todos juntos y que
los gestos, las sonrisas, las miradas fluyesen en total libertad a la vista de
todos.
Y es
ahora, en cambio, cuando lo sabemos y lo ponemos en valor.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 16/12/2020)
Como nos dices Javier este año echamos de menos darnos un beso o un abrazo con familia y amigos. Otros años nos resultaría en ocasiones pesado.
ResponderEliminarEspero disfrutes lo mejor posible de estas fechas con los tuyos.
Saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Tomás. Pues sí, así es, uno siente este año un poco de añoranza de lo que hacíamos el pasado año, cuando todo era normal y como estábamos acostumbrados. En cambio este año, la cosa está muy mal y muy precaria.
EliminarDe todas formas, te deseo que pases unas felices navidades en compañía de los tuyos. Saludos.