dejando por contra unos paisajes de postal verdaderamente bellos a la contemplación...
Llevamos últimamente unos días en la cuenta personal
de cada uno de nosotros, en los que a nuestro alrededor sólo parece hablarse de
temas relacionados con fríos, nieves, lluvias, carreteras cortadas, coches
atrapados en algún tramo de estas carreteras, máquinas quitanieves, palas…; así
como con abrigos, gorros, bufandas, guantes…; habida cuenta de que el invierno
parece estar mostrándonos su peor cara en estas últimas semanas –y ¡nos lo
queríamos perder!-, y en toda nuestra piel de toro en general, así como en las
islas de ultramar, sin prácticamente excepción.
Y es que, en casi ninguno de todos estos territorios
patrios, por muy alejados que estos estén, habrán podido estos días verse
libres del ataque en extensión de un determinado y concreto fenómeno
atmosférico adverso –cuando no varios-, y en su momento seguramente más
agresivo.
El caso es que, salvo raras excepciones –cuál es el
ejemplo palpable de nuestra capital, que seguro hubiese recibido de buen grado
algunos copos de nieve-, mirases por donde mirases algunos kilómetros alejado
de la capital, sólo veías nieve y más nieve, montoneras de nieve... Ya fuese situado en el lugar en concreto, ya
a través de las imágenes de los diferentes noticieros de televisión, que
incluso interpretaban la noticia de la nieve caída en muchos de estos
territorios como de máxima relevancia, y abrían sus informativos con una amplia
información sobre la misma.
Claro, narrando también a continuación algunos de los
inconvenientes y contratiempos que su presencia en grandes cantidades produce
en nuestro día a día, al quedar la vida y la actividad del lugar un tanto
atrofiada e incluso paralizada durante algún tiempo.
Pero eso sí, dejando por contra unos paisajes de
postal verdaderamente bellos a la contemplación en cualquiera de estos
sitios. Aparte de contribuir a acumular
un importante número de litros del ansiado elemento líquido en nuestros
pantanos y grandes y pequeños acuíferos, que estaba escaseando ya a marchas
forzadas y convirtiéndose casi en una preocupación de máxima importancia.
Así que todo queda como “miel sobre hojuelas”, nunca
mejor dicho.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 14/02/2018)
No hay comentarios:
Publicar un comentario