atendiendo en esencia a un consejo médico de salud, pero también a una necesidad vital de la propia persona...
Hay otra
ciudad que, aunque no trabaja y no labora quizás de manera directa en las
fábricas, en los talleres o en las oficinas –porque ya lo hicieron en su día-,
también madruga cada día y sale a la calle a vivir el nuevo día y a caminar en
plan deporte apenas despunta el alba, topándose la mayoría de los días con
bellos amaneceres.
Y te
puedes cruzar con esos habitantes de la urbe cuando tú acudes a tu centro de
trabajo, y sabes que son ellos, porque se les distingue con facilidad.
Aparecen
vestidos de manera informal, con ropa cómoda y deportiva; preferentemente
chándal o pantalón corto –dependiendo de la época del año-, camiseta a juego
con letras impresas referenciando mil y un mensajes diferentes y zapatillas de
deporte en todos los casos.
A los
pocos minutos de cruzarte con ellos, se les puede ver abandonando la ciudad y
transitando en dirección a las afueras de la misma donde, por diferentes
caminos se van alejando cada vez más de todo lo urbano, tratando de encontrar
en lo periurbano o rural lo que durante tanto tiempo de ejercer como urbanitas
por obligación, no les fue permitido.
Elementos
tales como aire puro, bellas vistas de la urbe y sus edificios desde posiciones
de auténtico privilegio que no dudan en inmortalizar en unas cuantas
instantáneas con la ayuda de su teléfono móvil, naturaleza viva al pie del
camino, despreocupación por el paso inmediato de los minutos y seguimiento a
rajatabla del último consejo médico en cuanto a caminar un tiempo cada día.
Es esa
otra ciudad que, a pesar de no tener que levantarse de madrugada por obligación
para ir a trabajar, se levantan también apenas despunta el alba y, tras tomarse
un ligero café con leche que les reconforta, se enfundan en sus cómodas prendas
de ropa, se calzan sus deportivos y salen de muy buen grado a caminar por la
ciudad y sus alrededores, en pequeños grupos o en solitario.
Regresando
al cabo de unas horas, después de haber recorrido unos cuantos kilómetros, y
antes de que el sol del estío castigue con fuerza a la mañana; atendiendo en
esencia a un consejo médico de salud, pero también a una necesidad vital de la
propia persona.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 22/07/2020)
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