Foto (Internet)
¡Adiós 2016!. ¡Bienvenido 2017!
El año que vivimos tan intensamente –tanto como quisimos o cuanto nos
dejaron-, como ha sido éste, está dando ya las últimas bocanadas y, a todas
luces, camina sin remisión hacia su final en la noche mágica del 31 de
diciembre, al cabo de tan sólo unos días de nada.
Y es que uno mira por un momento el calendario hacia atrás, ve una a una
las hojas de cada uno de los meses transcurridos, se detiene unos instantes
para asimilar el monto de días que esas hojas representaron, y le parece casi
imposible el hecho de que podamos estar ya a punto de finiquitar el año; si era
“ayer, tan sólo ayer” –como dice la canción-, cuando estábamos dando la
bienvenida al nuevo y brindando por sus días.
Pero no, no se líen la manta a la cabeza pensando que eso no es posible,
que quizás les estoy gastando una especie de inocentada –nunca mejor dicho para
aplicarla al día 28-; porque la historia es tan real y cierta como, por
ejemplo, que ya estamos en invierno, por poner algo evidente y que sentimos
cada uno de nosotros en nuestras propias carnes. Que, qué bien nos vendría ahora el poder
disponer de algunos de los muchos grados de temperatura sobrantes que
rechazábamos en el verano, que los íbamos a administrar bien.
El caso es que llegando cada año estas fechas, el que más y el que menos de
los de por aquí, aprovechando algún tiempo ocioso y que el Carrión pasa por
Palencia, echará un somero vistazo de abajo hacia arriba o de arriba hacia
abajo –que el orden de la prelación en este caso no alterará el producto
final-, y se hará su pequeña composición de lugar, su balance particular,
viajando en el tiempo desde la situación con la que partió y se manejó desde
enero hasta la que ahora, al acabar el año, le es dado llevar o portar sobre
sus hombros.
La cuestión no parece demasiado difícil así a
primera vista, contando con que cada uno ha ido viviendo el día a día –seguro
que con intensidad, con toda la intensidad que le era posible- y sabe los
logros conseguidos y las metas alcanzadas. De tal suerte que, en cada caso, la
balanza se inclinará hacia un lado diferente y los resultados del balance final
variarán, por supuesto. De eso se trata,
de que cada uno sepa dónde se encuentra con respecto a sus aspiraciones o metas
autopropuestas, y pueda mejorar en las iniciales o
proponerse otras, una vez logradas las anteriores.
En cualquier caso, que el año próximo les sea propicio a
todos ustedes. ¡Feliz Año 2017!.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 26/12/2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario