Foto (Internet)
La idea no era nueva en sí y de cuño reciente, sino que nos perseguía y
planeaba en la mente de todos nosotros desde hacía algún tiempo; pero por
diversas circunstancias no había podido llevarse a cabo antes.
Sin embargo, este año de gracia de 2016, todos los astros parecieron
ponerse de nuestra parte, la madre naturaleza aportó también su granito de
arena aliándose con la causa y regalándonos su bonanza climática, y la ciudad
de Palencia, siempre generosa con sus hijos, tendió dadivosa su mano acogedora
y nos recibió en su seno, ufana y contenta, este pasado fin de semana de
septiembre al grupo de amigos de aquellos años de andanzas juveniles del
pasado, de varias decenas de años.
En efecto, porque convocados en el día y la hora de la cita a través de
whatsapp, como no podía ser por menos en estos tiempos de dominio de las redes
sociales, a la hora convenida del día acordado comenzamos a ir acudiendo al
lugar –que no era otro que el sitio en el que en el pasado acostumbrábamos a
quedar (hasta en ese detalle fuimos respetuosos con el ayer)- los amigos de
aquí y los de allá, los más próximos y los más lejanos –estos últimos llegados
para la ocasión-, todos nosotros en definitiva; los de antes, pero también los
de ahora.
Y ya desde este primer momento, tras los correspondientes acomodos visuales
para corroborar que los rostros de ahora eran los mismos que los de ayer, pero
con las facciones actuales forjadas a cincel por el paso inexorable del tiempo,
y hacer nuestras estas nuevas fisonomías, cada uno para con los demás; la
jornada fue un continuo sobrevolar los minutos y las horas a lomos del tiempo,
rememorando un sinfín de anécdotas de aquellos felices años de nuestra
juventud, en aquella Palencia de los años 80/90 que, bien mirado, todavía le
quedaba mucho camino para alcanzar una cierta modernidad que nosotros
reclamábamos ya incluso en aquel entonces, a nuestra manera pero a voz en
grito.
No estaría haciendo una crónica fiel del evento si
en este punto de la narración no recogiese que la emoción, en su expresión más
sugestiva, afloró al presente a cada paso; alcanzando elevadas cotas de
hiperrealidad en momentos tales como el acostumbrado paseo por nuestra Calle
Mayor, que sigue ahí imperecedera al paso del tiempo, como indestructible aspiramos a
conservar nuestra amistad a pesar del paso de los años; que corren que se las
pelan.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 28/09/2016)
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