Si en el tiempo de verano es agosto –más en concreto, su primer fin de
semana-, y os consta que la localidad de Quintanilla de Onsoña anda de fiesta,
estáis en lo cierto. Porque estará celebrando su popular y súper concurrida
“Fiesta del verano”; que no sus fiestas patronales, que esas las tiene
establecidas para San Andrés, el último día de noviembre.
Ubicada a ocho kilómetros de Saldaña –y a dos tan sólo de mi pueblo,
Velillas del Duque-, en la carretera Saldaña-Osorno, Quintanilla –sus gentes en
concreto- se sienten muy orgullosas de lo alto que han conseguido llegar
después de once ediciones, con esta su particular fiesta del verano.
Y es que, no en balde, esta actividad veraniega ha logrado, como ninguna
otra, dinamizar el pueblo y desear volver a él cada año, sacándole del sopor
propio de esta estación y de la apatía que se cernía sobre sus gentes. Pues,
conseguir que durante el fin de semana que se celebra esta fiesta, las personas
que acuden a la misma ronden las 200, contando con que el pueblo durante el
resto del año apenas si alcanza los 25 vecinos, dice mucho de este evento que,
felizmente, hace su magistral trabajo de reencuentro en un lugar común, la
localidad de Quintanilla, de muchos de sus antiguos habitantes dispersos por la
geografía patria y sus respectivas familias: niños, jóvenes y mayores; así como
amigos y simpatizantes.
Pero unión vecinal, además, que ha calado tan hondo
entre los habitantes de este pueblo, que hace que durante fechas tan marcadas
en el resto del año, como son el carnaval y la Navidad, junto a las propias
fiestas patronales, se vean positivamente contagiadas de ese espíritu de unión
y las hagan cada año deseadas e irrepetibles en el recuerdo. Porque las cosas
hechas con cariño y con la participación de todos, apoyados en la tradición y
con la aportación de los elementos de diversión de los tiempos modernos, hacen
cada año una “fiesta del verano” muy esperada; donde no falta de nada para
lograr que sea del gusto de todos.
Ya
que hay juegos populares, marcha cicloturista, exposición de fotografías de
distintas épocas del pueblo, baile popular de disfraces, música de tuna y
castellana, hinchables y fiesta de la espuma para los más pequeños y fuegos
artificiales y verbena final hasta altas horas de la noche.Y, porque
Quintantilla también es generosa, una colecta para recaudar fondos para un
proyecto de familias en Perú.
Así que, ¡feliz fiesta del verano, Quintanilla!.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 3/08/2016)
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