Bueno, pues a lo que se ve –y a fe que se advierte con bastante
indisimulada percepción-, con los primeros “arreones”, muy tímidos aún, bien es
cierto, del sol esclarecedor e iluminador de estos primeros días de la
primavera –aunque de momento a ratos solamente-, al personal que vemos a diario
a nuestro alrededor, en nuestro paseo matutino o tal vez vespertino por nuestra
Calle Mayor por ejemplo, le ha entrado de pronto una energía desconocida hasta
ahora –o que más bien se encontraba
oculta por los fríos del invierno-, y andan por aquí y por allá con insistencia
dando los primeros pasos para irse poniendo a tono cara a los próximos meses.
Así que la calle se muestra un día sí y otro también como un verdadero
hervidero de actividad, aprovechando los primeros rayos de sol que traen
consigo una cierta contundencia en su acción casi casi beatífica. Eso sí, de momento un tanto tímidamente,
hasta que el panorama primaveral se asiente y nos proporcione unos estupendos
días cargados de sol que nos permitan gozar de cada una de las horas de luz.
Que, tras estos largos meses de invierno que, con toda la alegría del mundo
puesta de manifiesto de formas mil, acabamos de dejar atrás, ya casi nos
habíamos olvidado de lo que teníamos alrededor nuestro: los jardines, los
parques, las alamedas, las arboledas, las riberas del río, el campo, la
montaña, el monte tan cercano…; pues la poca luminosidad del día computada en
horas y las temperaturas extremadamente bajas, no invitaban precisamente a su
contemplación.
Y que ahora, tras el vuelco a favor experimentado en las anteriores
condiciones temporo-ambientales, volveremos a recuperar con nuestro
acercamiento a los mismos en interminables y concurridos paseos y excursiones.
Pero claro, percibiéndose a la par una transformación igualmente
espectacular en el aspecto y apariencia de las personas –el que pudiéramos
llamar nuevo “look” personal-, por aquello del obligado cambio en los vestidos
y ropas en general, para adecuarlos al nuevo tiempo, que nos demanda una mayor
ligereza en los mismos.
A lo que se unirá en muchos casos un tiempo extra
para dedicarlo al cuidado de la imagen personal, en ese conjunto individual de
características que trasladamos al exterior acorde con nuestra personalidad concreta.
Agradables y renovados días, pues, serán estos que nos esperan,
aprovechando que la primavera ha decidido darse una vuelta por nuestro entorno.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 06/04/2016)
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