Con la primavera persiguiéndonos los talones desde hace ya unas cuantas
jornadas, aunque más bien parece que no haya querido darnos caza aún, como
fuera nuestro deseo –por aquello de que todavía no hayamos sentido sus caricias
en el rostro, aunque sí nuestra vista se haya podido deleitar ya con muchos
árboles en flor-, estamos a punto de finalizar marzo y encarar el mes de abril
–el de “las aguas mil”-.
Donde los paseos por el campo, que va adquiriendo por momentos un colorido
de lo más atractivo, se multiplicarán para poder gozar con más asiduidad de la
belleza que día a día nos va mostrando.
Y allí, porque la naturaleza –que es muy sabia-, así lo demanda, podremos
observar también cómo las aves se apresuran en ultimar la construcción de sus
nidos para, llegado abril, poder depositar en ellos sus huevos, y ya en mayo
aumentar la población pajaril con nuevos ejemplares de distintas especies. Es el ciclo de la vida que sigue su camino,
tras el parón invernal.
De otro lado, y porque aún está próximo en el recuerdo, caminaremos muchos
de nosotros estos primeros días de la semana, con el regusto que nos dejó en la
memoria el habernos reencontrado en muchos de nuestros pueblos y ciudades con
familiares, amigos y vecinos con motivo de esta pasada Semana Santa y como
consecuencia de los múltiples desplazamientos de acá para allá que se han
producido con tan marcada y tradicional circunstancia.
En tanto que, en la arena de la plaza de la cosa pública, esto es, de la
política nuestra de cada día, se siguen ventilando, si cabe con mayor
contundencia, las discrepancias y, al parecer, insalvables diferencias que
asisten a cada una de las formaciones políticas, a la hora de encontrar la
salida que mejor convenga a esta encrucijada en la que andamos inmersos los
españoles en estos momentos.
Porque a pesar de que se multipliquen los contactos, y las declaraciones de
una y otra parte abunden, incidiendo siempre en la necesidad de entendimiento y
de acuerdos para sacar al país hacia adelante; poco o nada parece haberse
avanzado en este sentido. Y el tiempo pasa sin remisión y cada vez quedan menos
días para hacer posible ese magno y soñado acuerdo.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 30/03/2016)
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