Saldaña (Foto Internet)
Todavía
hoy en día puedo recordar con claridad aquella presencia nuestra los martes en
Saldaña –día de señalado mercado semanal en la localidad-, llegando desde
Velillas del Duque –a tan sólo 6 kilómetros de distancia- a través de la
carretera que une Osorno con Saldaña.
Y encontrarnos
de golpe a la derecha de nuestro sentido de la marcha, a punto de iniciar el
que pudiéramos llamar tramo urbano, con un edificio que por su hechura y su
disposición arquitectónica en uno de sus flancos nos impactaba gratamente y nos
resultaba hasta un tanto emblemático; aunque visto en su conjunto con los ojos
de ahora puede no resultar tan extraordinario.
El caso es que ha sido en estos días, tras su visión a
través de una red social, que me ha hecho recordar con más detalle aquellos
martes en los que, llegando algunas veces en el autobús de línea de la empresa
“Abagón”, otras en bicicleta, en ocasiones en carro tirado por un par de mulas,
y a veces andando incluso, alcanzábamos de buena mañana las primeras casas del
conjunto urbano de la población, antes de adentrarnos en el núcleo central de
la urbe donde se asentaban todos los puestos del mercado.
Y es que, claro, viviendo en un pequeño pueblo, la
visión espacial que de pronto te encontrabas te llamaba la atención llegados a
este punto. Que se convertía al instante
en un espacioso cruce de caminos. Porque
a la izquierda te salía al encuentro el viejo puente romano que cruza el río
Carrión, a la derecha una larga recta de la carretera que nos une con Guardo; y
al frente este edificio tan específico de viviendas en varias alturas. Pero destacando en su parte más baja, en su
frente más vistoso, una especie de saliente en forma curvilínea dotado de una
gran cristalera; lo que le otorgaba, para nosotros, una gran prestancia al
conjunto de la construcción.
Albergando en su interior una moderna cafetería; que
bien al entrar en la localidad o bien al salir de la misma, quien más quien
menos hacía una parada allí. Lo que, sin
duda, contribuía a proporcionarle una mayor atracción al conjunto del edificio. Que era justo lo que a nosotros, aprendices
de todo, más nos impactaba.
(Publicado en el periódico local "Diario Palentino" el 07/02/2024)
Javier tu igual alguna vez te llegaste a la mítica discoteca 003 que se encontraba en su sótano, en ella se fraguaron muchos noviazgos que celebrarían el banquete de bodas en el comedor del Hostal que ocupaba el bloque adjunto a la Cafetería.
ResponderEliminarEsos bloques de pisos los construyo un cuñado del señor Sotero Guerra (este vendía muebles) del que seguro oíste hablar a tus padres. El que los mando construir fue Martín Sendino que fue alcalde y presidente del equipo de futbol allá por el año 52 ó 53 que estuvo a punto de subir a tercera división en el que jugaban tres jóvenes vizcaínos que estudiaban veterinaria en León. Uno de ellos fue padre del jugador del Bilbao y luego presidente Josu Urrutia.
Saludos.
Muy interesante, Tomás, lo que me cuentas sobre este edificio de mi relato. De los nombres que dices, me suenan todos, sobre todo Martín Sendino, que era muy conocido como empresario en la comarca en aquellos años. En cuanto a la discoteca 003, no fui nunca, pero sé que era muy conocida en Palencia en aquellos años, e incluso en las provincias limítrofes. Muchas gracias por leerme. Un abrazo.
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