Corría el
mes de septiembre de un par de años atrás cuando, en un día de sentimientos
acallados y emociones a flor de piel, tuvo lugar, en el marco siempre acogedor
de nuestra eterna “Palencia querida”, el esperado y feliz reencuentro de
nuestro grupo de amigos de siempre que teníamos en nuestro “debe” particular y
de grupo la necesidad de volver a estar juntos.
Ahora, pasado aquel tiempo, el deseo de una nueva cita
de todos nosotros, volvió a llamar con fuerza a nuestras puertas, creciendo la
emoción cara a un nuevo encuentro. Que se
fue fraguando poco a poco, hasta llegar a producirse un gran momento de alegría
y satisfacción tras volver a reunirnos un sábado de finales de este pasado
septiembre.
Y allí estuvimos frente por frente, con la sonrisa a
flor de piel y satisfechos y emocionados por tan imborrable ocasión. Disimulando quizá alguna arruga más en el
rostro o peinando tal vez alguna que otra cana más en el cabello; pero desde
luego, con el corazón un tanto exaltado, aunque controladas las emociones al ritmo
que iban marcando los recuerdos.
Así que, con la alegría por el reencuentro aflorando a
cada instante, íbamos sintiendo cómo el tiempo se nos pasaba en un abrir y
cerrar de ojos, como si nos lo fuésemos bebiendo sorbo a sorbo, entre anécdotas
del pasado y noticias del hoy; sintiendo cómo la mañana se iba rindiendo
solícita ante nuestros deseos.
Igual que lo haría poco después la tarde, tras la
comida de confraternización con el regusto siempre de los “sabores” palentinos,
y los originales brindis de rigor, mientras chocábamos nuestras copas una y
otra vez en señal de amistad.
Para, sin solución de continuidad, dejarnos caer a
continuación en los brazos de la noche donde, su magia, unida a nuestras
interminables conversaciones con temas de aquí y de allá, propiciaban que regresásemos
a veces a algunos de nuestros momentos de aquel otro ayer.
Y poco a poco, con la sensibilidad a flor de piel, nos
vimos inmersos en medio de una serie interminable de abrazos que iban a marcar
nuestras despedidas; con la emoción asomando al corazón de cada uno de
nosotros, buscando quizás ocultar la pena de aquel adiós.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 04/10/2023)
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