Y a medida que pasen los días del estío, la actividad en estos huertos irá a más, hasta hacerse casi frenética por momentos...,
Cae un día más la tarde de
verano sobre la ciudad, y a medida que van pasando las horas, van poblándose de
huertanos –en unos primando la inquietud y el goce en la actividad, en otros
por simple distracción añadida-, ocupando una tarde más las diferentes parcelas
que el Ayuntamiento de la capital asignó por sorteo a algunos de los muchos
palentinos que vienen mostrando interés por disponer de uno de estos huertos
–en el término de “Villa Luz”- tratando de ponerlos en producción con las
faenas o quehaceres alusivos al caso.
Una producción de lo más
variada en un amplio espectro de productos de la huerta, de la huerta palentina
de siempre. Y es que Palencia siempre
fue hortelana, destacando por sus feraces huertas a la vera del Carrión,
logrando unos productos de un exquisito sabor.
Y que ahora, quién sabe si
como reminiscencia de aquella tradición huertana, –cuando se han perdido muchas
de estas tierras de labor porque la ciudad las degolló con su expansión
urbanística-, está surgiendo esta otra inquietud recuperadora de una tradición
que fue y ocupó a bastantes palentinos.
Hoy en día, existe gran
afición en este terreno entre este grupo de hortelanos nuevos –muchos de ellos
jóvenes-; muchas ganas de trabajar con increíble fe en que el producto nazca y
llegue a buen fin en el pequeño espacio del que se dispone; mucha ayuda y
consejos varios por parte de los más avezados en la materia en el día a día del
trabajo en el huerto; mucha colaboración entre todos los allí presentes
-hortelanos por afición la mayoría-, por querer sacar todo aquello adelante en
las mejores condiciones posibles.
Y a medida que pasen los días
del estío, la actividad en estos huertos irá a más, hasta hacerse casi
frenética por momentos, tratando de atender las necesidades perentorias de lo
en ellos plantado, que estará ya a punto de recogerse; culminando de esta forma
el ciclo vegetativo de la mejor de las maneras posibles: con los productos
recogidos –ecológicos cien por cien- degustándolos en familia, apreciando su
exquisito sabor y recordando mil y una anécdotas y vicisitudes varias habidas
en el lugar hasta este momento de su consumo.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 26/06/2019)
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