Foto (Internet)
Esto es, "cada mochuelo ha de volver a su olivo"…,
Tras haberse descorchado –vaya usted a saber si por imperativo legal en
según qué casos- en muchos de nuestros hogares la penúltima de las botellas de
champán que la ocasión demandaba -ésta de ahora con motivo de la fiesta de
Reyes-, se darán por finiquitadas, es de suponer que dejando el pabellón bien
alto, estas últimas celebraciones navideñas.
Que seguro serán de las mejores de nuestra vida, por aquello de que son
las últimas vividas hasta el momento; aunque también puede que algún desdichado
acontecimiento familiar las haya truncado y pasen a ser recordadas de una forma
muy diferente.
En todo caso, la cuestión posterior estriba en que, al día siguiente –en
esta ocasión el lunes-, todo el mundo en la práctica deberá volver a sus
quehaceres habituales, sus duras realidades –mitigadas tal vez un tanto estos
días por la fiesta-, su cotidianeidad ordinaria, sus continuas prisas de acá
para allá... Esto es, "cada mochuelo ha de
volver a su olivo"…, salvando las lógicas distancias, claro.
Y para ayudar un tanto en esta vuelta a la realidad, por aquello de que en
el aspecto monetario nuestros bolsillos quedaron seguramente un tanto mermados
durante estas pasadas fechas, han llegado a nuestras vidas las clásicas y siempre
muy bien recibidas rebajas de invierno, que cada temporada parece que se nos muestran con unos precios
más atractivos. Unas ofertas que, desde luego, son muy aplaudidas por el gran
público, que sale a la calle en gran número en estas primeras fechas a la busca
y captura de los mejores precios en las piezas de ropa que ya seleccionaron con
anterioridad.
Que, ciertamente, mitigan un tanto este regreso a lo cotidiano, dotándolo
de un cierto grado de calidez humana con el acercamiento entre las personas que,
de manera general propician, dado su alto poder de convocatoria.
Mientras, en el exterior, el invierno sigue
irrefrenable su camino, trayéndonos fríos, nieblas espesas y frías que se
prolongan con los días; temperaturas muchos grados bajo cero y aguas heladas en
estanques, canales y lagos. Lo que está haciendo que las ropas de abrigo
añadidas, tipo viseras, gorras, gorros, bufandas, guantes y demás artículos de
este tipo, proliferen en estos días. Y
haya sido, a la postre, un regalo muy socorrido en estas fechas para muchas personas;
pero práctico y útil a más no poder. Que de eso se trata, también.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 11/01/2017)
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