Con la ciudad luciendo ya a estas alturas de diciembre sus mejores galas
cara a la celebración festiva de la próxima Navidad, e incitando
inequívocamente al personal a asomarse presto a la calle para participar de
ella en primera persona; bien es cierto que este año con un mayor adelanto con
respecto a la fecha que teníamos como referencia desde tiempo casi inmemorial,
vamos a entrar a continuación en unos días de bullicio callejero por demás,
donde el ambiente amable y de fiesta que se respira por doquier invitará a
mostrarnos mucho más alegres y cercanos entre y para con nuestros convecinos.
Así las cosas y convencidos de que será de tal suerte, llegado este momento
y contando además con todo lo que pulula a nuestro alrededor vía anuncios de
televisión por ejemplo, se puede decir entonces, y sin miedo a equivocarnos o a
que se nos tache de andar un tanto desinformados que, se mire por donde se mire
a nuestro alrededor, resulta que ¡ya es Navidad! por estas tierras mesetarias,
por mor del cambio de los tiempos.
Y ello, porque así parece haber quedado formalmente pactado entre todos
nosotros con el paso de los años, convirtiéndolo ya en costumbre bien arraigada
y haciéndola nuestra de manera natural.
El caso es que, nos parezca pronto o no y se persiga o no en estos
momentos, aquí estamos un año más, tras haberse dado el pistoletazo de salida
con ese encendido de luces que ha cubierto a Palencia de color, ante el punto
de partida de otra Navidad más, para lanzarnos a la calle en busca de mil y un
motivos o mil y una disculpas también, para tratar de ser un poco más felices
en estas fechas y transmitirlo a quienes nos rodean, ayudados por ese ambiente
de fiesta que desprenden nuestras calles, e imbuidos de esa alegría especial
que parecen proporcionar estos días al común de la ciudadanía.
Eso sí, con ese momento tierno donde los haya de la entrega del regalo,
esperado o no tan esperado quizá, al amigo o familiar que cada cual haya
elegido para ello; y cuya búsqueda en los comercios de la ciudad días antes,
constituye también otro momento especial que estas fechas encierran en su
haber.
Mas, aunque el ambiente lo propicie así, mi modesta
felicitación navideña no va a continuación, sino que la pospondré para días posteriores, en horas más cercanas al corazón de
la fiesta.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 3/12/2014)
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