miércoles, 27 de mayo de 2020

Así ocurrió

Para así poder ir tomando ya las medidas necesarias cara a un regreso lento hacia la normalidad







Ahora que, tras este largo tiempo de confinamiento, hemos descubierto –nunca es tarde quizás-, aspectos nuevos y bellos de la vida, que antes habíamos obviado tal vez por las prisas y la propia rutina de los días; que incluso hemos podido aprender a valorarla mucho más –en momentos en los que muchos la han perdido desgraciadamente-, ahora puede ser momento todavía para aferrarnos a ella y defenderla a capa y espada.
 

Porque, a pesar de todo, “la vida es bella”, como dice la canción que fuera banda sonora de la película del mismo nombre.   Y, además, sólo tenemos una, una y nada más que una.
 

Con lo que hemos aprendido en este tiempo donde, precisamente, lo que más nos sobraba era tiempo; y nos faltaban, por ejemplo, los abrazos y los afectos, que improvisábamos, no obstante, en la distancia a base de tecnología, a nadie se le ocurrirá a partir de ahora, que ya tenemos una mayor comunicación interpersonal, tirar por la borda lo conseguido.
 

Unas vivencias tremendamente fuertes, que cada uno sabrá guardar muy dentro de sí para siempre, como recuerdo imborrable de algo nunca vivido hasta ahora y que hubo que ir improvisando día a día.  Donde hubo momentos en los que el miedo circuló a su libre albedrío por nuestras calles; y nosotros, tras haber deambulado por ellas durante tan solo unos escasos minutos para adquirir lo más indispensable, regresábamos a casa y cerrábamos a continuación las puertas a cal y canto.  Y así un día tras otro, sin que la maldita rutina diese muestras de cambio.  Pero nosotros, en esos días tristes de verdad, estuvimos cumpliendo a rajatabla lo ordenado.
 

Hasta que, poco a poco, los discursos oficiales y las informaciones que nos iban llegando a través de los diferentes medios de comunicación nos hablaban de que la curva ascendente de las personas contagiadas por el maldito coronavirus, iba camino de pararse; para a continuación comenzar a aplanarse y seguir descendiendo paulatinamente.   Para así poder ir tomando ya las medidas necesarias cara a un regreso lento hacia la normalidad, aunque con restricciones varias en nuestras vidas.
 

Y en esas estamos en estos días de ahora. 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 27/05/2020)
 
  

 

 

miércoles, 20 de mayo de 2020

Naturaleza y deporte

Sería bueno que, ahora que hemos emprendido con tanto entusiasmo esta actividad deportiva, estas prácticas no se diluyesen andando el tiempo...










Hemos pasado tanto tiempo encerrados en nuestras casas por culpa del confinamiento al que nos ha sometido este maldito coronavirus, que pensábamos que ahí fuera la naturaleza se había parado también de alguna manera, o había ido evolucionando más despacio de lo que nos tiene acostumbrados tras la llegada de la primavera, que también la recibimos en este mismo estado de confinamiento.


Y ahora, cuando ya se nos permiten con alguna restricción los paseos y las actividades y entrenamientos deportivos al aire libre en sus respectivas horas, hemos podido comprobar para nuestro general regocijo, que aquélla no sólo no se había detenido, sino que ha ido evolucionando a su ritmo habitual. 
 

Y claro, nos ha sorprendido de pronto comprobar cómo, por ejemplo, los árboles de nuestros paseos y avenidas, a los que en el inicio de nuestro encierro, dejábamos huérfanos todavía de hojas o apenas brotándoles algún pequeño retoño en algunos de ellos, en estos días se nos muestran ya completamente cubiertos de hojas en todas sus diferentes ramas y proporcionando al entorno un mayor grado de belleza natural, en un ambiente que ya nos va predisponiendo cara a los largos y luminosos días del verano; momento en el que esperamos poder movernos ya libremente por todo el territorio peninsular e insular.
 

Naturaleza que, de otro lado, ha podido ir evolucionando en cuanto a mostrarnos estos nuevos signos de vida, en un ambiente mucho más puro y descontaminado, como consecuencia de que nosotros, los humanos, hemos estado yendo prácticamente al ralentí en nuestras actividades diarias y emitiendo muchos menos gases contaminantes a la atmósfera.
 

Sería bueno que, ahora que hemos emprendido con tanto entusiasmo esta actividad deportiva por parte de un número muy elevado de personas, con muchos usuarios, incluso, de la bicicleta –elemento que no contamina y propicia un buen desarrollo físico-, estas prácticas no se diluyesen andando el tiempo, sino que permaneciesen en el sentir de todos nosotros, como algo de lo que este virus cambió en nuestras vidas para bien.  Dicho queda, pues.
 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 20/05/2020)
 
 

 

miércoles, 13 de mayo de 2020

Caminando en deportivos


Y en una situación así, quién era capaz de ponerle puertas al campo?...









Pues una semana más seguimos atravesando, por culpa del maldito coronavirus de marras, una crisis a todos los niveles manifestada, con especial incidencia en los ámbitos sanitario, económico y social, como jamás imaginábamos pudiese ocurrir, con repercusión incluso internacional, como bien sabemos, donde unos países se han visto más afectados que otros y, con el nuestro en concreto, ocupando los primeros puestos donde la crisis más ha impactado, desafortunadamente.
 

Si bien, tras el tiempo transcurrido y las medidas implementadas en todos los campos, lo que parece en estos momentos es que vamos avanzando bien hacia ese anhelado momento de la nueva normalidad tras la finalización por fases del confinamiento total al que hemos estado sometidos durante tantos días.
 

Y en ese sentido de la desescalada por fases de ese confinamiento –sigue en danza la palabra desescalada en cuestión-, cuyos beneficios venimos disfrutando ya, aunque sea a pequeñas dosis, a uno no se le puede pasar por alto el detalle vivido en nuestra calles estos pasados días –al igual que en casi todos los lugares de nuestro país-, respecto al número tan extraordinario de personas que, de pronto, se han hecho deportistas.  Algunos de pro, aunque una mayoría sólo por el hecho de caminar, de salir a la calle y sentirse libres.
 

Y es que no hay que olvidar de la situación que veníamos, de un riguroso confinamiento donde sólo era posible salir de casa para los actos más elementales, algunos determinados trabajos, las compras habituales en el supermercado y la farmacia y nada más; y así durante unas cuantas semanas seguidas.  Por lo que no es de extrañar que cuando se abrió esa posibilidad de poder salir a la calle en sus correspondientes franjas horarias, echamos de prisa y corriendo, quién más quién menos, la llave a la puerta de nuestras casas y salimos como una exhalación a las calles, inundando y desbordando aceras, calzadas, plazas, avenidas, parques, caminos y sendas, con un ansia de caminar y de huir hacia adelante pocas veces visto.
 

Y en una situación así, quién era capaz de ponerle puertas al campo?, porque los deportistas lo ocupaban todo dentro de su franja horaria.
 
 
 
(Publicada en el Periódico "Diario Palentino" el 13/05/2020)
       

 






miércoles, 6 de mayo de 2020

Un paso más

una especie de bálsamo curativo lo que hemos sentido al ver que, de pronto, nuestros espacios urbanos se llenaban de niños...








Aunque en nuestro diario actuar y en el ambiente en general, seguimos todavía luchando en primera línea contra los efectos perversos en nuestra sociedad del maldito coronavirus que nos trae a mal traer en pueblos, villas y ciudades, algo de luz se ha podido ver ya al final del largo túnel por el que estamos pasando; y ha sido como una especie de bálsamo curativo lo que hemos sentido al ver que, de pronto, nuestros espacios urbanos se llenaban de niños, alegrando con sus voces las mañana y las tardes a ráfagas de sonrisas, gritos y carreras que hemos comenzado a sentir tras largas semanas de silencio casi total.
 

Y es que con esta primera medida -a la que lógicamente le seguirán otras más-, hemos comenzado el largo camino de la llamada desescalada –una palabra que a fuerza de ser escuchada y verla escrita, va a terminar por ser incluida en nuestro diccionario-, una operación aquella, que se extenderá en el tiempo hasta poder ir recuperando una cierta normalidad de la vida.  Pero que, indefectiblemente, debe ser cubierta por etapas y con la ayuda inexcusable de todos.
 

Y volviendo al momento de la salida a la calle de los más pequeños, habría que decir, porque así ha sido ampliamente constatado que, a pesar de que en términos generales sí se observasen las reglas y las normas establecidas por las autoridades sanitarias a este respecto, hubo, sin embargo, bastantes ejemplos que parecían querer demostrar lo contrario, observándose incumplimientos varios de estas normas, lo que generó una cierta alarma; ya que el manifiesto incumplimiento advertido, aparte de perjudicar a los propios incumplidores, puede, de continuarse así, obligar a que se tenga que dar marcha atrás en esta apertura inicial y en las siguientes fases.
 

No se entienden muy bien, sin embargo, estas graves inobservancias así a bote pronto por esa parte de la población, cuando durante semanas nos hemos felicitado casi cada día por haber sabido llevar el confinamiento con ejemplar comportamiento.
 

Es de esperar que estos avisos sirvan para que se tome conciencia por parte de todos, ya que todos vamos en el mismo barco y, entre todos, tenemos que colaborar para que éste no se hunda.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 06/05/2020)

 

miércoles, 29 de abril de 2020

Abril, se nos va


aquí sí, aquí sí que parece haber buenas noticias para nuestros agricultores...










Bueno, pues como el que no quiere la cosa, se nos va el mes de abril.  Sí, el de “las aguas mil”; o también el de las aguas “que no caben en un candil”; porque de todo ha habido en los diferentes años.

Si bien, por lo que a éste respecta, en esto de las aguas de lluvia, ha sido de los primeros; o sea, de los de las “aguas mil”. Porque ha llovido bien, bastante; vamos, que ha llovido a condición.

Y claro, tan empeñados estábamos todos en esto de atajar al maldito coronavirus, que nos ha tenido –y aún nos tiene- ocupados a plena dedicación en su exterminio, que quizás no hemos prestado demasiada atención a esto de las aguas de abril y cómo estaban repercutiendo tan favorablemente en nuestros campos y en nuestras reservas del líquido elemento cara al verano.

Por lo que, al hilo de lo anterior, podemos decir que aquí sí, aquí sí que parece haber buenas noticias para nuestros agricultores y, como consecuencia, para todos nosotros; porque gracias a estas lluvias tan generosas de abril, nuestros campos están teniendo un buen desarrollo de su ciclo vegetativo y están adquiriendo un aspecto inmejorable, lo que presagia una buena cosecha.

Por lo menos algo positivo en estos momentos de auténtica zozobra y con noticias angustiosas e inquietantes por todos los flancos; también en el económico, claro, donde esta expectativa de un buen dato en el sector agrícola, podría paliar en alguna medida una parte de esta crisis económica.

Y es que tal y como ha venido dada esta pandemia sanitaria, la vida económica del país se ha visto paralizada y resquebrajada hasta límites insospechados, y que aún no se está en condiciones de poder conocer con exactitud hasta dónde en cuanto a cifras macroeconómicas se refiere.

Así que, se nos va abril sin que el tema en cuestión se haya enderezado todavía. Tampoco la cuestión de la pandemia sanitaria, aunque haya mejorado y tenga visos de ir cediendo cada día.  De ahí, entonces, que todavía estemos confinados en nuestras casas, aunque con alguna pequeña apertura, como es ese permiso que hace que los niños estén realizando ya pequeños paseos por los alrededores de sus casas, pero con las debidas cautelas y precauciones.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 29/04/2020)

 

miércoles, 22 de abril de 2020

Después de todo esto

¡Ánimo!, que ya nos queda muy poquito para su final...








Bueno, pues a pesar del tiempo transcurrido desde que comenzara todo esto del confinamiento en nuestras casas como consecuencia del maldito coronavirus, seguimos en el mismo estado, esto es, en el estado de alarma establecido desde el pasado 14 de marzo de manera ininterrumpida.
 

Y es que, aunque bien parece que la pandemia causada por este virus está cediendo en nuestro país, no lo está haciendo de la forma en la que sería posible poner un punto y final a este aislamiento, y a partir de aquí olvidar casi –es un decir-, lo pasado y continuar con nuestros respectivos quehaceres, no, todavía no.
 
 
No, porque las rémoras que dejará –está dejando ya- en nuestra sociedad, serán incontables en todas y cada una de nuestras vidas, porque todos lo estamos sufriendo de una u otra manera.
 

Se habla mucho del día después de todo esto, de cómo será ese momento en el que podamos volver a abrazarnos y darnos la mano unos a otros como señal de amistad; a andar libremente por la calle, volviendo a retomar sin miedo nuestras visitas a los parques de la ciudad, que ahora se encuentran tristemente solos.
 

Y será maravilloso ese día después, seguramente; haremos una gran fiesta como vuelta a la rutina anterior; habrá música por doquier y habrá fuegos artificiales iluminando la noche de nuestra ciudad. Y todos sonreiremos y mostraremos nuestra alegría a cada paso. Y tomados de la mano, en una gran cadena, recorreremos la Calle Mayor desde su principio hasta su final, llegando hasta el Salón, donde una gran verbena nos esperará para darnos la bienvenida a una nueva vida.  Y estaremos allí cantando y bailando hasta bien entrada la madrugada.
 

Y cuando, con el nuevo día, retomemos nuestros quehaceres habituales, nos parecerá mentira todo lo pasado; dándolo por bien empleado para ahora poder volver a la normalidad; aunque nos duelan los que, en esta lucha contra el virus, se quedaron en el camino y ya no nos acompañarán más.
 

Pero para que todo esto ocurra, falta todavía un tiempo no definido del todo.  Así que ¡Ánimo!, que ya nos queda muy poquito para su final. 
 
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 22/04/2020)
 

 

 

miércoles, 15 de abril de 2020

Tiempo para la creación


quien domina alguna técnica creativa para momentos de ocio, no duda en ejecutar desde su balcón






Uno de los aspectos positivos –por tratar de encontrar alguno que nos haga mirar con cierta positividad el momento- que este confinamiento, al que estamos siendo obligados a causa de esta pandemia sanitaria desatada por el covid-19, puede estar poniendo en valor de manera palpable, es el tiempo favorable con el que están contando cientos de creadores artísticos, fotógrafos, escritores, poetas, pintores, compositores, músicos, tanto profesionales como aficionados, para encontrar con este motivo de inspiración, abundante materia creativa observando la situación actual desde diferentes prismas ópticos.


Y es que no hay más que darse una vuelta por las redes sociales, para observar la dimensión creativa de las personas, de manera individual o en grupo, que son capaces de sorprendernos día a día con composiciones musicales, relatos literarios en prosa, poemas, fotografías, que el momento presente les ha inspirado. 
 

O también mirar a través de la ventana e incluso salir al balcón de la casa, para ser conscientes de esa especie de lenguaje en la distancia ventana a ventana o balcón a balcón, que cada día se pone en marcha a diferentes horas, aportando cada cual su mejor saber hacer en estos momentos.
 

Y, entonces, nos podemos encontrar con la persona que sale al balcón y deleita al vecindario con su extraordinaria voz interpretando una pieza de una ópera famosa o una canción de la más rabiosa actualidad.  O alguien que toma la trompeta o el saxofón, o el violín o la guitarra, y va desgranando nota a nota una melodía por todos conocida; e incluso se muestra propicio a recibir propuestas con nuevos temas para días posteriores.
 

De tal forma que quien domina alguna técnica creativa para momentos de ocio, o sobresale como profesional con algún instrumento musical, no duda en ejecutar diferentes piezas desde su balcón y ponerlas a disposición de sus convecinos para hacer más amenas las horas y también los días.
 

Por no decir ya, esa ineludible cita que cada día tenemos todos a las ocho de la tarde en nuestros balcones para homenajear aplaudiendo durante unos minutos a nuestros profesionales sanitarios que están al pie del cañón cada día.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 15/04/2020)