Hemos pasado tanto tiempo encerrados en nuestras casas por culpa del
confinamiento al que nos ha sometido este maldito coronavirus, que pensábamos
que ahí fuera la naturaleza se había parado también de alguna manera, o había
ido evolucionando más despacio de lo que nos tiene acostumbrados tras la
llegada de la primavera, que también la recibimos en este mismo estado de
confinamiento.
Y ahora, cuando ya se nos permiten con alguna restricción los paseos y
las actividades y entrenamientos deportivos al aire libre en sus respectivas
horas, hemos podido comprobar para nuestro general regocijo, que aquélla no
sólo no se había detenido, sino que ha ido evolucionando a su ritmo
habitual.
Y claro, nos ha sorprendido de pronto comprobar cómo, por ejemplo, los
árboles de nuestros paseos y avenidas, a los que en el inicio de nuestro
encierro, dejábamos huérfanos todavía de hojas o apenas brotándoles algún
pequeño retoño en algunos de ellos, en estos días se nos muestran ya
completamente cubiertos de hojas en todas sus diferentes ramas y proporcionando
al entorno un mayor grado de belleza natural, en un ambiente que ya nos va
predisponiendo cara a los largos y luminosos días del verano; momento en el que
esperamos poder movernos ya libremente por todo el territorio peninsular e
insular.
Naturaleza que, de otro lado, ha podido ir evolucionando en cuanto a
mostrarnos estos nuevos signos de vida, en un ambiente mucho más puro y
descontaminado, como consecuencia de que nosotros, los humanos, hemos estado
yendo prácticamente al ralentí en nuestras actividades diarias y emitiendo
muchos menos gases contaminantes a la atmósfera.
Sería bueno que, ahora que hemos emprendido con tanto entusiasmo esta
actividad deportiva por parte de un número muy elevado de personas, con muchos
usuarios, incluso, de la bicicleta –elemento que no contamina y propicia un
buen desarrollo físico-, estas prácticas no se diluyesen andando el tiempo,
sino que permaneciesen en el sentir de todos nosotros, como algo de lo que este
virus cambió en nuestras vidas para bien.
Dicho queda, pues.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 20/05/2020)
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