Las
fechas que rondan las fiestas de nuestra ciudad en torno a nuestro patrono San
Antolín, aparte de venir cargadas de actividades festivas para el gran público,
resultan también propicias entre nosotros para llevar a cabo una serie de
citas, reuniones, encuentros o reencuentros varios entre familiares, amigos,
compañeros y palentinos ausentes para, en esencia, estar juntos y compartir
mesa y mantel y conversaciones mil sobre esto o aquello del presente, del
pasado y también del futuro. Que sería
otra forma bien diferente de entender estos días de fiesta que por estos lares
se nos ofrecen con esta ocasión.
Porque en
efecto, paseando la ciudad, son muchos los grupos de familiares, amigos o
conocidos con los que te encuentras, que en estos días, precisamente, se dan
cita para tener un contacto más cercano entre sí, conversar sobre sus vivencias
más recientes, o traer al presente decenas de anécdotas o sucedidos de un
pasado reciente con ellos como protagonistas.
Y que, a la luz del recuerdo, resultan gratos rememorar.
Y si a
todo ello, le unimos que en uno de esos encuentros, quien esto suscribe ha sido
parte interesada junto al grupo de amigos del pasado, hoy todavía activo y “dando
guerra” cada uno de sus miembros a través de las redes sociales, el argumento
del principio adquiere todavía una mayor efectividad práctica.
Porque en
el caso de mi grupo de amigos, algunos residentes fuera de Palencia, el
reencuentro gozó, como no podía ser por menos, de un alto grado de satisfacción
personal para todos, porque fue como una fiesta en el día de fiesta que ya
gozaba la ciudad. Una doble fiesta,
como si dijésemos, la que vivimos con este emotivo reencuentro.
Donde,
aparte de compartir mesa y mantel como en buena lid procedía, el encuentro
propició que al traer al presente muchas de las anécdotas más curiosas del
pasado vividas por el grupo, la sonrisa y los comentarios llenos de gracia a
propósito, fuesen una constante que motivara grandes dosis de
confraternización.
En
nuestras respectivas agendas vía móvil, quedó ya apalabrada una nueva cita para
el año próximo, como a la sazón procedía.
Por todo
ello, ¡Viva San Antolín!.