Foto (Internet)
Incluso institucionalmente se está
respaldando este nuevo uso de
nuestros palomares como elemento
nuevo y dinamizador del turismo provincial...
Existen en muchos de nuestros campos –esos de los que decimos “de pan
llevar”, y con mayor profusión en la Comarca de Tierra de Campos-, unas
singulares construcciones, levantadas hace un buen puñado de años ya junto a
los núcleos urbanos rurales que, con el paso del tiempo, se estaban
deteriorando a pasos agigantados e incluso desapareciendo al haber perdido el
uso para el que se levantaron –que no era otro que la cría de pichones-; sin
que se estuviese haciendo nada de manera particular e institucionalmente para
evitar su desaparición: son las populares edificaciones conocidas como
palomares, de rancia tradición en nuestra provincia; de diferentes formas y
tamaños, pero todos ellos con una estructura y disposición interior de similares
características. Y que tenían como
objeto eso ya indicado, la cría de pichones y palomas que luego se consumían en
casa, con el fin de ayudar en parte a la economía familiar.
Pues bien, últimamente, si uno se da una vuelta por los entornos de
algunos de los pueblos de esta vasta Comarca de Tierra de Campos donde abundan
estas construcciones, puede observar cómo en muchos casos estos palomares
–algunos de ellos en plena ruina ya-, se están restaurando, intentando dirigir
su recuperación hacia el turismo.
Incluso institucionalmente se está respaldando este nuevo uso de
nuestros palomares como elemento nuevo y dinamizador del turismo provincial,
habiéndose establecido ya rutas específicas para visitar estos ejemplos
arquitectónicos.
A lo que se suman unas jornadas de acercamiento, un encuentro
internacional que ha tenido lugar recientemente aquí en Palencia, de la mano
del Colegio de Arquitectos y de la Diputación Provincial, para poner en valor
estas edificaciones, hablando de su particular tipo de construcción, el
material empleado, el uso de las mismas, así como el significado que tienen
para el entorno en el que se encuentran.
Y es que, desde siempre, estos palomares levantados en medio del campo
han guardado para las personas –especialmente cuando niño-, una especie de
misterio, que se desvelaba de pronto con una cierta admiración cuando entrabas
en su interior.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 09/10/2019)
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