discusión abierta y casi permanente de si eran “galgos o podencos” los perros...
Pues otro mes que está a punto
de finalizar, sin que, mayormente, nos hayamos percatado en demasía –si acaso y
más que nada por el paso de la hoja del calendario-, de cómo transcurren de
rápidos los días a nuestro alrededor, fluyendo de continuo como lo hace el agua
de los ríos que va dejando en ocasiones su impronta junto a algunas de sus
riberas.
Y es que, bien mirado, estamos
a poco más de un mes de dejar atrás la mitad del año entre dimes y diretes,
promesas cumplidas y por cumplir, sonidos de advertencia y alarma, cantos de
sirena y otros cantos de más difícil identificación.
El caso es que, rodando los
días del mes de junio, con la naturaleza habiendo eclosionado ya en miles de
formas de admiración casi obligada, y el verano en puertas y abierto al vigor
de la misma naturaleza en su máxima expresión –labores agrícolas incluidas-, la
fiesta, en su expresión más plástica y cercana al pueblo, también se hará un
hueco poco a poco; yendo por barrios tanto en la capital como en la provincia,
en esta sucesión ordinaria, un tanto monótona y sin solución de continuidad de
los días.
Y todo ello, entretanto el
país se asienta, se recompone a marchas forzadas y echa a andar poniendo en
movimiento toda la pesada maquinaria política, legislativa y administrativa que
ha andado un tanto renqueante durante los últimos meses.
Aunque es previsible que
necesite algún tiempo extra de rodaje –con su correspondiente turno de engrase
y puesta a punto-, habida cuenta del tiempo transcurrido en una discusión abierta
y casi permanente de si eran “galgos o podencos” los perros que corrían tras
los dos conejos en la famosa fábula de Tomás Iriarte, y que a causa de la
discusión entre estos acabaron presa de aquellos.
Tómese la fábula en el aspecto
más amplio posible de la situación y aplíquense entre todos las medidas
correctoras que procedan, en aras de salvaguardar la identidad de un pueblo,
que unido, ha conseguido a lo largo de la historia alcanzar las más altas metas
del desarrollo y del bienestar general de sus habitantes.
¡Hágase, pues!.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 29/05/2019)
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