De un tiempo a otro

estamos enfilados ya, y sin camino de retorno...

La provincia al completo, de Norte a Sur y de Este a Oeste, ardió en fiesta –y fiesta de gran altura, además- estos pasados días con motivo de un acontecimiento tan de cara a la calle como es el Carnaval, el Antruejo -Antruido en otros lugares-, y las Carnestolendas previas al tiempo de recogimiento de la Cuaresma. Una tradición festiva que, una vez recuperada hace ya un buen puñado de años –aunque en esencia nunca desapareciese del todo-, ha vuelto a resultar masiva en nuestras calles, percibiéndose claramente cómo su celebración va a más cada año.

 

Y así, pudimos percibir y experimentar cómo Palencia entera, capital y provincia, se disfrazaba por igual en cada uno de sus lugares en esta fiesta tan popular y extendida; apareciendo por doquier tanto mascaradas como comparsas, o bailes y danzas de sabroso cuño local y algunos gozos y deleites bulliciosos más.  Que finalizarían con el no menos enraizado entierro de la sardina y la instauración a continuación del luto cuaresmal en el que nos encontramos cara a los próximos días.  Eso sí, no sin antes tomarse un respiro degustando como cierre un pequeño lote de las sabrosas hojuelas –orejuelas por aquí- y otras viandas más al uso, como despedida a don Carnal.  Esto es, los eternos Don Carnal y Doña Cuaresma de toda la vida, que volvieron a tomar vida.

 

Pues bien, pasado este tiempo, todo el mundo se habrá bajado de la carroza del desfile, se habrá quitado la máscara, habrá aparcado su disfraz y se habrá puesto en disposición de “preparados, listos, ya…” para iniciar otra batalla, a cuerpo gentil ya, en torno a otros frentes bien alejados de los recién finalizados; aunque en alguna ocasión pueda tornarse aquella en una especie de esperpento por un “quítame allá esos votos...”

 

Y es que, en efecto, estamos enfilados ya, y sin camino de retorno, cara a un destino final en torno a la fecha del 28 de abril como horizonte, para que ese día demos nuestra opinión mediante nuestro voto particular e intransferible, tratando de seguir haciendo el país que a nosotros nos gustaría y de la forma que expresamos. 

 

Aunque otra cosa será luego, lo que salga de las urnas y la forma de llevar a cabo lo prometido.

 

 

 

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 13/03/2019)