Que ni los más viejos del lugar dicen recordar haberlos visto así de esta guisa...
Mientras esperamos de manera impaciente y llenos de
preocupación la llegada de las lluvias, rogando encarecidamente a los cielos
que las nubes se abran a condición y dejen caer agua en abundancia por doquier,
para que se rieguen nuestros campos sedientos y casi casi agonizantes, y se
abastezcan nuestros pantanos a base de bien, que se encuentran realmente bajo
mínimos extremos –aparte de aquello de limpiar la atmósfera de contaminación-,
el tiempo otoñal de estos días parece estar queriendo decirnos lo
contrario. Esto es, que de lluvias
abundantes y generosas, de momento nada de nada. Ni un principio de ellas tan
siquiera. Ni un amago de las mismas
parece vislumbrarse en el horizonte próximo de nuestra provincia, a decir de
los meteorólogos.
Y así están nuestros campos de secos y resquebrajados
por mil sitios los terrenos que les dan soporte, esperando la venida a estas
tierras nuestras del agua que las reconforte y permita proseguir con las faenas
agrícolas, que ya se están necesitando ejecutar.
Y así de escasos de agua se muestran también nuestros
embalses del norte provincial, dejándonos al descubierto sus entrañas más
profundas en plena superficie caminable a lo largo y a lo ancho de varios
kilómetros a la redonda; en otro tiempo no muy lejano, cubierta totalmente de
agua mirases por donde mirases, semejando verdaderos mares de interior y
augurando unas reservas del líquido elemento disponibles para todo uso aguas
abajo.
Que ni los más viejos del lugar dicen recordar
haberlos visto así de esta guisa, tan mermados de agua y con los restos de las
edificaciones de las poblaciones que inundaron sus aguas a flote y visitables a
pie mismo de ruina. Sacando a relucir, incluso, algún que otro puente de piedra
o iglesia de un cierto valor artístico derruidos por la acción del agua durante
tantos años.
Eso sí, restos antiguos convertidos ahora en un cierto
reclamo turístico sobrevenido, que los noticieros de televisión no cesan de
citar en sus informativos de actualidad, con imágenes realmente impactantes del
antes y el ahora de la mayoría de nuestros pantanos. Pues la sequía extrema en la tónica general
de nuestro país en estos momentos.
La necesidad es manifiesta a todas luces. Así que habrá que impetrar, pues, con ahínco
a los cielos para que la lluvia se nos muestre propicia con carácter urgente.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 04/10/2017)
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