...te la recuerdan en bastantes aspectos y, por momentos, te ves situado sobre ella y paseando por sus calles.
Estás instalado tan ricamente estas vacaciones de
verano en tu lugar elegido de descanso, con tus idas y venidas por los
alrededores y en plan desconexión por completo del día a día de tus quehaceres
ordinarios; pero de pronto un día, la visión por televisión de unas imágenes
que muestran una ciudad indeterminada desde el aire, dotada de una cierta
belleza y con características similares a la tuya de origen, te la recuerdan en
bastantes aspectos y, por momentos, te ves situado sobre ella y paseando por
sus calles.
Pero tu subconsciente va más allá todavía y, sin saber
muy bien el porqué, te medio transporta a un día indeterminado de tu vida en tu
ciudad de residencia habitual. Y, sin
buscarlo, notas cómo al tiempo, se va apoderando de ti una cierta morriña, y la
melancolía se te muestra a pedir de boca y se enseñorea y te acompaña a
intervalos durante el paseo.
Y no es que no estés a gusto y disfrutando de los días
de vacaciones, al contrario; es que el día a día tantas veces repetido en tu
otra realidad pesa mucho; y a veces el subconsciente –vaya usted a saber el por
qué-, se muestra tan presente que, en su lucha por la pervivencia, vence al
consciente en su acción y te lleva hacia sus derroteros durante algunos
instantes.
Quizás queriendo recordarte que el tiempo de
vacaciones es efímero, que es un visto y no visto, y que en breves fechas habrá
que volver a esa otra realidad del día a día de tu ciudad habitual y con tus
quehaceres particulares.
Pero entretanto, y salvando estas a modo de señales
que el subconsciente parece querer enviarnos de cuándo en cuándo, es
prioritario no adjudicarle demasiado protagonismo -sólo el justo, que dirían
los profesionales en la materia que, por cierto, estarán también de
vacaciones-, y atender la certeza del momento y vivirlo como corresponde a unos
días diferentes y llenos de perspectivas casi ilimitadas, como son los de
vacaciones; exprimiendo sus horas todo lo posible, habida cuenta de que son
limitadas y de que lo que no se hizo en su momento no habrá luego posibilidad
de dar marcha atrás y realizarlo.
Así es que, si te encuentras en esa otra realidad en
estos momentos, a disfrutarla a tope en cada uno de sus días y sus horas.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 09/08/2017)
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