Ampudia (Foto Internet)
Que la localidad palentina de
Ampudia, a tan solo 26 kilómetros de la capital, declarada toda ella conjunto
histórico-artístico, con tres elementos arquitectónicos y artísticos –entre
otros muchos-, que la definen por sí sola: Colegiata de San Miguel –como
símbolo de su pasado episcopal-, Castillo –como reflejo de su importancia en el
Medievo- y Calles Soportaladas –como emblema de construcción tradicional
castellana que se ha sabido mantener-, a la par que importante lugar de señorío
en el pasado; goza hoy en día de un encanto especial que la hace destacar
sobremanera, uno lo comprueba nada más posar el pie en cualquiera de sus calles
que te llevan prestas al centro histórico de la villa.
Donde, apenas si has caminado unos minutos, y ya te envuelve una sensación
como si te hubieses trasladado de pronto al pasado de unos cuantos siglos
atrás. Sigues recorriendo su entramado urbano y a cada paso, al desembocar en
una plaza con un cierto sabor antañón y doblar una esquina, te sale al
encuentro en la lejanía y en toda su verticalidad, la inhiesta torre de su
Colegiata, a la que cariñosamente se la conoce también como la “Giralda de
Tierra de Campos”, por guardar una cierta semejanza con la de la capital andaluza.
Así que, con estos antecedentes, con este marco de fondo ya de por sí de
rancio pasado castellano, si además, se organiza un Mercado Castellano con
ambientación al efecto, el traslado emocional a esa otra época así
representada, es fácil de conseguir.
Y ha sido esto, justamente, lo que ha ocurrido estos últimos días en esta
histórica Villa terracampina, que tuvo su Mercado Barroco y también su Mercado
Castellano, con lo que la ambientación al respecto fue doble, y doblemente
concurridos se vieron sus calles y sus entornos, además.
Si a todo lo anterior, le añadimos el espectacular
fin de fiesta a cargo del famoso grupo de folk segoviano “Nuevo Mester de
Juglaría” actuando en el bello marco del Atrio de San Miguel e interpretando,
entre otros muchos temas, su conocidísima canción de “Los Comuneros” –tarareada
y bailada por la amplísima concurrencia en tan magno lugar congregada-, podemos
dar fe de que la apoteosis final llegó a su máxima expresión saboreando la más
típica y tradicional castellanidad.
¡Hasta otro año, Ampudia!.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 12/10/2016)
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