Justo estos días de verano, cuando nuestros pueblos, que lucen como en
pocas ocasiones sus mejores galas, compitiendo incluso con el de al lado en
importancia y originalidad festiva, se ponen de bote en bote y hasta se ven
desbordados casi de visitantes –los, en tiempo atrás, llamados con toda la
intención de la palabra, veraneantes-, es buen momento para convocar a todos
sus convecinos a participar en diferentes modalidades de celebraciones festivas
y actividades al aire libre; con predominio de aquellas que recojan alguna
tradición ancestral del lugar, unidas a las propiamente culturales; abarcando,
sobre esas bases así de escuetas, diversas variantes o escenificaciones más o
menos impactantes.
Así, centradas las autoridades locales de muchos de nuestros municipios más
importantes, en la organización de todos estos eventos con todo lujo de
detalles en estas fechas, la localidad de Saldaña, por ejemplo, ha seguido este
patrón y ha acogido estos días de mediados de julio, con gran animación
callejera, una nueva edición de su “Mercado Romano” (“Mercatus Romanus”),
recordando su origen romano del pasado.
Un recuerdo al pasado que no les habrá costado mucho hacerse a la idea a
los habitantes de la Comarca y visitantes en general, pues tan sólo con mirar a
sus alrededores y, en concreto, en la dirección del lugar donde se asienta la
famosa Villa Romana de “La Olmeda”, a tan sólo unos escasos kilómetros del
núcleo urbano de Saldaña, uno identifica perfectamente lo que pudo ser esta
Comarca en época romana.
Por lo que ahora, en la recreación moderna de este Mercado Romano y en las
actividades de calle con él relacionadas, el espíritu de aquel pasado romano
estaría muy presente en las gentes del lugar; lo que contribuiría de manera
determinante a la hora de participar en los distintos actos; muy especialmente
en los diferentes desfiles por las principales calles de la localidad con los
vecinos disfrazados con trajes romanos para una ocasión tan especial.
Y como final, decir que si el mercado romano
alcanza ya la edición número trece, indica mucho de su éxito entre los vecinos
de la Villa y sus alrededores, así como por parte de los muchos visitantes de
fuera; lo que, sin duda, supone cada año una muy buena
inyección económica para la localidad.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 20/07/2016)
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