Como ocurre que este mundo del periodismo es actualidad diaria, de tal
suerte que lo que ayer fue noticia, hoy ya no lo es, porque han surgido otras
que han desbancado de súbito a la de ayer, relegándola ya a la hemeroteca pura
y dura de forma irremisible; aquí está, querido lector de “Diario Palentino” de
hoy miércoles, 2 de septiembre, la noticia:
“Palencia entera está hoy de fiesta”. Sí, Palencia entera. Porque si la
capital lo está, para celebrar la festividad de su Patrono “San Antolín”, el
día grande, el día por excelencia de sus esperados y queridos “sanantolines”,
la provincia entera está también de fiesta de alguna manera. Porque hasta la capital acude una gran parte
de la provincia para festejar este día en olor de multitudes.
Y es que son verdaderos aluviones de gente, los que acoge hoy nuestra
capital. Riadas de personas que,
vestidas con sus mejores galas, van y vienen de acá para allá, queriendo estar
en todos y cada uno de los actos programados para hoy por nuestro consistorio.
Y así, estarán en el desfile callejero hasta la catedral de gigantes y
cabezudos, peñas con sus divertidas charangas, y autoridades locales,
provinciales e invitados a la fiesta, donde nuestro alcalde invocará de nuevo
un año más la protección del santo para todos los palentinos.
Y aparecerán a continuación en la cripta de la seo palentina para beber el
agua del pozo que, según cuenta la tradición, guarda una cierta prerrogativa
milagrosa y excepcional para quien lo bebe. Pero sin olvidarse tampoco de
visitar varios lugares más de la catedral.
Y, además, cumplir con la tradición de “tirar” de la “coleta de Doña
Urraca” (aunque en realidad sea la sirvienta de Doña Inés de Osorio –dama de
alto linaje-) requiriendo algún deseo personal, que goza también entre nosotros
de cierta tradición milagrera.
Luego, cumplidas estas ancestrales tradiciones, lo siguiente será pasear y
callejear en compañía de familiares y amigos por los sitios más emblemáticos de
la ciudad; a pequeños pasos, eso sí, debido al impresionante gentío que durante
toda la mañana los frecuenta, unido a las continuas paradas para los oportunos
saludos entre amigos y conocidos.
Llegada la tarde, y coincidiendo en el tiempo con
la llamada “hora taurina”, las calles volverán a recibir las mismas masas ingentes
de personas de la mañana, pero en mayor número si cabe. Y sin solución de
continuidad ya hasta bien entrada la madrugada; porque es "San Antolín".
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 02/09/2015)
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